Según explicaba Sony en su blog, este parche simplemente es de seguridad, ya que añade un nuevo tipo de clave que impide que funcione cualquier tipo de aplicación “homebrew” en la consola.

En ese sentido, la versión 3.56 del firmware de la PS3 no suma ninguna funcionalidad, más allá de ralentizar los diferentes hacks.

Además, la actualización fue catalogada como obligatoria, ya que la empresa nipona la exige para poder acceder a los servicios online de la consola.

Sin embargo, el drama protagonizado por Sony y los hackers se encuentra lejos de concluir, ya que Youness Alaoui, también conocido como KaKaRoToKs, anunció en su cuenta oficial de Twitter que había logrado contrarrestar en tiempo récord el intento de Sony de parchear el hackeo de la consola.

Pese a que esto demuestra que la técnica de lanzar actualizaciones de firmware para detener estos ataques resulta insuficiente, no todas son malas noticias para Sony.

En cuanto al litigio que la empresa mantiene con Geohot (George Hotz), el hacker del grupo fail0verflow responsable del jailbreak de la PS3, las autoridades judiciales le dieron la razón a la compañía japonesa.

Asi, a George Hotz, le fue prohibida toda actividad que implique la publicación, creación o promoción de cualquier contenido relacionado con PS3.

La orden de restricción también alcanza a fail0verflow, cuyos miembros tendrán que entregar cualquier equipo que hayan usado para violar la seguridad de la PlayStation 3.

Según Susan Illston, jueza encargada del caso, Sony presentó “pruebas sustanciales” que mostraban que Hotz había violado las disposiciones previstas en la ley de protección de propiedad intelectual en Internet, la Digital Millennium Copyright Act (DMCA).

La magistrada dispuso a su vez que Hotz tiene diez días para cumplir con la orden de la corte de California y entregar sus equipos informáticos.