Un videojuego en el que una exuberante Blancanieves de estética manga dispara con una ametralladora a enanitos zombis es estos días lo más vendido en Japón a través de la tienda online de la Wii de Nintendo, WiiWare. Nada muy noticioso hasta aquí. Ahora llega lo curioso: el videojuego es español. Se llama Zombie Panic in Wonderland y es obra de una muy joven empresa valenciana, Akaoni Studio , fundada en enero de 2009.
Tras Akaoni hay un reducido equipo de desarrolladores de videojuegos liderados por José Manuel Íñiguez, un valenciano de 33 años recién cumplidos enamorado de los videojuegos. Tanto como para, una vez terminado el bachillerato, a los 18 años, hacer las muletas y mudarse a Japón para estudiar la carrera de desarrollador.
Hace cuatro años, Íñiguez volvió a España y entró a trabajar en Planeta DeAgostini interactive como director de producción. De ahí pasó a Gammick Entertainment, en Barcelona, y allí estuvo hasta que la empresa decidió cerrar su equipo de desarrollo de videojuegos.
Iñiguez, que no fue uno de los afectados por el recorte, vio entonces la ocasión de montar su propia empresa: contrató a cuatro de los desarrolladores de Gammick y montó Akaoni, que significa Ogro rojo en japonés.
Zombie Panic in Wonderland no es un juego enrevesado con grandes derroches tecnológicos. La idea es sencilla: personajes de cuentos tradicionales (Caperucita roja, Alicia en el país de las maravillas…), pasadas por la exuberancia propia del manga y dedicadas a matar zombis.
Respecto a la inversión para hacer el videojuego, Íñiguez prefiere hablar en cifras generales: "hacer algo así cuesta entre 150.000 y 300.000 euros, depende de cómo se haga", dice. En Japón se lanzó el 16 de marzo y superó en ventas a Pokemon y Megaman, dos clásicos.