Mucho antes de lo que se esperaba, Microsoft ha empezado a hablar de no uno, sino dos sucesores de su sistema operativo Windows 8. Se trataría de Windows Blue, tal es el nombre de la siguiente generación, que podría ver la luz cerca de agosto de 2014. Blue sería, según los foros especializados, un Service Pack de 8, y traería consigo mejoras en cuanto al consumo de batería en los portátiles, y un kernel (núcleo del programa) más pequeño. Muy poco después, en noviembre de ese mismo año, se presentaría Windows 9, del que todavía no se sabe prácticamente nada, salvo que está previsto que sus primeras versiones beta, de prueba, podrían llegar sobre enero del próximo año.