Generar valor agregado parece ser una decisión y un desafío inevitable para sobrevivir en el sector agroindustrial y para ayudar a generar una visión diferente objetivo, dialogamos con el ingeniero Diego Pasjalidis, fundador de inspirativa.com y docente de la Escuela de Negocios del Ministerio de la Producción, el Procal Cuyo, Senasa y la Consultora MateriaBiz y auspiciada por Suplemento Verde.
-Cada vez es más compleja la toma decisiones en contextos extremadamente cambiantes como los actuales. Según tu visión, ¿qué es el pensamiento sistémico?
-Consiste en analizar, comprender e interpretar una situación, un problema, una oportunidad; considerando que la misma no es un hecho aislado, sino que se encuentra vinculada e interrelacionada con otros elementos.
– Y entonces, ¿qué es el pensamiento estratégico?
-El pensamiento estratégico es una forma de pensamiento sistémico, es un instrumento que nos permite construir el camino para alcanzar un objetivo o una visión futura, teniendo en cuenta los recursos, capacidades y habilidades internas -fortalezas y debilidades-, y los actores y factores externos que afectan o pueden afectar el desarrollo de ese camino o estrategia -competencia, comportamiento de los clientes, variables políticas, económicas, climáticas, legales entre otros- .
-¿Cómo se aplican a la agroindustria en estos momentos?
-El pensamiento sistémico es clave en sectores como el agroindustrial. Todo sabemos que la suerte -o destino- de los negocios vinculados al mismo no dependen de la mayor o menor capacidad de los emprendedores o empresarios, como puede ser clave en otros sectores, sino que se ve afectada fuertemente por el comportamiento de un sistema mundial, en donde una lluvia o sequía en un extremo del mundo impacta en la vida de un emprendedor de un pequeño pueblo del interior.
Y esto se vuelve más crítico cuando hablamos de commodities. En estos productos "genéricos" o no diferenciados de intercambio mundial, los precios son fijados internacionalmente, y el destino de quienes se desempeñan en este sector parece depender de todo y de todos, menos de ellos. De hecho, un commodity:
* Es un producto sin diferenciación, por lo que la variable de elección es el precio
* El precio lo fija el mercado mundial
* El precio es afectado por decisiones políticas y económicas locales, nacionales, regionales e internacionales
* El precio también es afectado por factores climáticos locales, nacionales, regionales e internacionales
* Existen muchos competidores a nivel mundial que hacen lo mismo, y su mayor o menor cosecha impacta – también – en el desempeño de los demás competidores
Es decir, "su negocio, no es su negocio", sino que es un negocio mundial en donde cada emprendedor o empresario sería como un empleado de ese sistema y, como si fuera poco, cobrando el sueldo de acuerdo a lo que produce y a valores que se definen en cada momento.
Todo depende del sistema, y la mejor forma de poder desempeñarse en él es siendo más eficiente (uso de tecnologías, manejo financiero) o logrando una mayor escala.
-¿Qué tan importante es la visión de largo y mediano plazo para una Pyme?
-Es fundamental. Y no me refiero a tratar de adivinar el futuro sabiendo que existe incertidumbre, sabiendo que existen elecciones de por medio, sabiendo que – en apariencia – nuestra suerte ya está echada y no depende de nosotros. Al contrario: la tendencia mundial en el sector agropecuario se orienta a agregar valor diferencial a las commodities. No es lo mismo vender una tonelada de membrillo, que una tonelada de dulces o bombones artesanales de membrillo: el cliente ya no es una "gran bolsa" indiferenciada mundial, sino que se orienta a un perfil de consumidor, con determinadas necesidades y dispuestos a pagar por ese valor agregado.
Las variables mencionadas para las commodities ya no impactan de forma crítica en el negocio, y la clave para desarrollarnos depende pura y exclusivamente de nosotros, de nuestra habilidad para detectar nichos de oportunidad, de innovar en valor y de dejar de lado viejos paradigmas: si pensamos en la generación de nuevos segmentos de valor agregado, de innovar, no nos quedemos con la limitante de "eso no puedo hacerlo", "no tengo máquinas ni dinero para hacerlo", sino que pensemos en cooperar: "¿Quiénes podrían ser socios estratégicos para desarrollarnos en este negocio?". "¿Quiénes podrían aportarme lo que me hace falta, y viceversa, para generar esta nueva unidad de negocios?"
Albert Einstein dijo alguna vez "locura es hacer más de lo mismo y esperar resultados diferentes". Si el futuro nos va a encontrar con consumidores locales y mundiales dispuestos a experimentar nuevos sabores, experiencias, con mayor sofisticación, con mayor valoración de productos artesanales, es buen momento para dedicarle – al menos – un par de horas a pensar diferente.
