"Mi marido consiguió trabajo en una empresa constructora acá, en Comodoro Rivadavia", dice para comenzar su relato. "Ahora trabaja en una petrolera", agrega.
Con el sol sanjuanino todavía pegado en el cuerpo, ni ella ni su familia logran adaptarse a las bajas temperaturas que diariamente les congelan la piel. "No podemos adaptarnos, no nos acostumbramos al frío. Extrañamos San Juan, pero bueno, acá estamos", prosigue Mariana con un dejo de melancolía, como quien quiere acercarse un poco más a su tierra querida.
Tanto ella como su marido leen habitualmente DIARIO DE CUYO, en su versión digital. "Así nos enteramos de todo lo que pasa habitualmente en nuestra querida provincia.".
"Acá estamos bien, aunque extrañamos mucho a nuestra familia y a nuestros amigos", afirma esta treintañera con ansias del regreso, aunque siempre sabiendo que su presente está en el sur y que por ahora no piensa cambiar.
Antes de despedirse, Mariana le envía saludos a los suyos que seguro"estarán leyendo allí, en San Juan".