Tenía todo para ejercer su profesión en Europa, pero prefirió volver al país y dedicarse a la lucha contra la desnutrición. Abel Pascual Albino nació el 28 de noviembre de 1946, se recibió de médico hace 42 años y es el creador de la Fundación Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil), que ha ganado prestigio a nivel internacional. Su mayor interés se centró en la debilidad mental del desnutrido por lo que decidió encarar una cruzada sin precedentes. En la actualidad recorre el país disertando sobre el tema con el único fin de que toda la sociedad tome conciencia de este tema y que los gobernantes lo adopten como política de Estado. Durante una entrevista exclusiva con Revista OH!, habló de su historia y sus preocupaciones.

– ¿En qué momento y por qué decidió dedicar su vida al tratamiento, investigación y prevención de la desnutrición infantil?

Fue casual, yo nunca había pensado en dedicarme a eso. Estaba en Europa haciendo biología molecular en la clínica de la Universidad de Navarra y me afectó conocer países tan chiquitos y tan poderosos y compararlos con Argentina tan rico, tan grande y tan empobrecido. En esas circunstancias encontré un día un diario tirado en una acequia, curiosamente lo levanté y contenía una entrevista a la Madre Teresa de Calcuta hecha por estudiantes de la escuela de periodismo de esa Universidad en la que le preguntaban qué era la paz para ella. Como yo no estaba en paz me pareció oportuno leerla. Ella hacía en esa nota una figura muy bonita, decía "el fruto del silencia es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio y el fruto del servicio es la paz". Me encantó tanto que al día siguiente renuncié al hospital y le dije a mi jefe "mire doctor me doy cuenta que estoy haciendo una especialidad del futuro y yo soy hijo de un país que no tiene solucionado su pasado. Sé que puedo subirme al tren del desarrollo, partir y salvarme, pero también sé que hay mucha gente que se va a quedar y en el fondo del corazón yo soy médico y médico de niños. Con un chico que me necesite, lo correcto, lo digno, es que me vuelva. Así es que volví a la Argentina, sabiendo que tenía que servir pero no sabía ni a quien ni cómo. En mi segundo viaje a Europa en el que también me querían contratar, el sueño de cualquier pibe, escuché al Papa en una homilía preciosa. Eso fue el 17 de mayo del "92 en oportunidad de la beatificación de quien hoy es San José María, allí Juan Pablo II dijo "sigan el gesto de San José María, ocúpense de los mas pobres y los más necesitados. Servir decía la Madre Teresa; a los más pobres decía el Papa, mire usted que dos asesores de lujo tuve, y de fondo la figura de San José María que no solo estaba siendo canonizado sino que cuando estuve en Navarra fue en una de las tantas universidades que había fundado. Ahí le pregunté a mi mujer ¿cuándo digo pobre yo, quiénes son los pobres?. Ella me dijo "decís eso cuando los chicos tienen problemas neurológicos". LLegamos a la Argentina y organizamos un curso sobre debilidad mental al que invitamos a un colega europeo, quien sugirió que también llamáramos a Fernando Monckeberg Barros de Chile. Un hombre brillante que habló sobre la única enfermedad mental que se puede prevenir y la única creada por el hombre que es producida por la desnutrición. En ese momento nos enteramos que en América Latina existe un 40 por ciento de familias que viven en estado de pobreza crítica y un 20 por ciento de familias que vive en estado de pobreza absoluta. Eso compromete a 60 millones de niños con necesidades básicas insatisfechas, es decir que son 60 millones de niños que no podrán servirse a si mismos ni podrán servir a los demás. La principal riqueza de un país es su capital humano y si ese capital humano está dañado no tiene futuro. Por eso si queremos un gran país debemos cuidar el cerebro de los niños y después educarlo, esas son claves del desarrollo.

– ¿Cuáles son las estadísticas de desnutrición en la Argentina?

No hay cifras, todo es toqueteado en Argentina lamentablemente. No es que no existan sino que se esconden y no se puede hacer demasiado ya que la mejor manera de hacer un tratamiento es cuando uno tiene un diagnóstico. No obstante dice el doctor Monckeberg que la mortalidad infantil es un indicador de la desnutrición. Acá tenemos una mortalidad que va del 7 por mil en Tierra del Fuego al 20 por mil en Formosa, de ese abanico se puede inferir que estamos en un 12 o un 15 por mil, no se la verdad. Igual hay que ver que Chile tiene el 7 por mil, y eso es un papelón para nosotros porque Argentina es mucho más grande y más rica que Chile, en realidad todo lo que han hecho los chilenos en los últimos 30 años es sorprendente.

– ¿La lucha contra el hambre es responsabilidad de todos?

Sí, totalmente, aquí no hay salvaciones individuales.

– ¿Qué puede aportar cada ciudadano?

… Hasta hablando bien ya puede colaborar y beneficiar porque eso es ecología social, ya que hablando mal de quienes hacen, o de la gente, o de las cosas, se hace mucho daño. Si encima nos sumamos a esta cruzada y nos ponemos a ayudar a un chico a leer, a jugar, a saltar o a cantar, ¡Dios Mío!, así vamos a salir de los problemas que tenemos. Es responsabilidad del gobierno, de las Ong"s, del empresariado y de toda la comunidad sumarse para combatir este problema.

– ¿Cuáles son las deudas pendientes de los Estados provinciales y del Estado nacional para poder disminuir este flagelo?

Simplemente deben entender la situación como lo han entendido algunos gobiernos como el de Mendoza cuyo gobernador tiene alta sensibilidad social; el gobernador de Salta y varios intendente del país, en cambio hay otros que porque no lo asumen creen que el problema no existe.

– ¿Por qué cree que los alimentos no llegan a los niños que lo necesitan?

Hay un falla cultural porque si vivimos en un país que produce alimentos para 400 millones de habitantes como no va a mantener a 40 millones, ¡es sorprendente!.

– ¿Eso tiene que ver con una mala distribución de los recursos?

No. Pasa por el no te metas; a mi que me importa lo que le pasa al otro; un facilismo. El día que el tema sea política de Estado ese día salimos del conflicto, pero para eso hay que entender que la madre de todos los males es la cantidad de chicos que por falta de alimentos no puede entregar su potencial genético para tener en el futuro igualdad de oportunidades .

– Pareciera que la lucha pasa principalmente por las Ong"s o algunas fundaciones.

Creo que hay muchas organizaciones que hacen cosas por esto, es el gran tema nacional y si no solucionamos esto no solucionamos nada. Si un chico no tiene el cerebro en condiciones de nada vale que hayan cada vez más escuelas.

– ¿Cómo trabaja Conin en el país?

No lo digo yo, lo dijo un prestigioso médico que el conocimiento científico es un espiral ascendente cuya base la construyó Monckerberg con los centros de tratamientos de desnutridos, pero como en medicina es mejor prevenir que curar, dicen que la voluta de ascenso la hicimos nosotros con los centros de prevención. Hay una sola manera de superar esto que se hace, y eso sucederá el día que un político lo entienda bien y lo convierta en política de Estado. ¡Ahí Argentina va a salir como una flecha!

– ¿Qué temas abordará en la conferencia que dará en San Juan?

Hablaré de los cinco pasos para hacer una gran nación, que además es el tema de mi próximo libro.

– ¿Cuáles son esos pasos?

El primero, preservar el cerebro del primer año del niño; segundo,educarlo; tercero que todos tengan cloacas; cuarto, agua potable, y quinto luz eléctrica. Con eso seremos una potencia en 30 años. Para eso hay que dejar de pensar en las próximas elecciones y pensar en las futuras generaciones.