Según la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural de la Unión Europea, el 76% de la producción de alimentos y 84% de las especies vegetales del mundo dependen de la polinización. Un tercio del alimento que se consume en el mundo depende de la polinización por abejas para su producción, dijo la investigadora Marina Basualdo, del Programa Nacional Apícola del INTA (Proapi). Un trabajo realizado por Salvador Sangregorio, del INTA Alto Valle Río Negro, demostró que los árboles aislados de las abejas desarrollan pocos frutos y registran rendimientos nulos. Además, ensayos sobre perales de la variedad Abate Fetel determinaron que, sin abejas, los rindes se redujeron un 40%. Investigaciones sobre almendros, colza y vicia, entre otros cultivos, obtuvieron conclusiones similares: sin la intervención polinizadora de las abejas, la producción disminuye. En los últimos años, la preocupación por el síndrome de desaparición de colmenas (CCD, por sus siglas en inglés), relacionado con problemas de nutrición y aplicación de plaguicidas, alcanzó notoriedad mundial. Científicos, apicultores y miembros de la industria llevan adelante proyectos para identificar los factores que generan pérdidas de colonias y desarrollar estrategias de manejo sustentable como Coloss, donde participan más de 49 países, además de investigar sobre los efectos de enfermedades y pesticidas el caso de Bee Doc, Abejas en Europa y la disminución de colonias de abejas melíferas.