Increíble, sorprendente, fulminante. Cualquiera de esas palabras puede resumir la sensación que causó en la comunidad sanjuanina este lunes pasado, la muerte del ingeniero Roberto Pablo Bertagna, con sólo 49 años.
Muy vinculado a la agricultura desde muy joven, se dedicaba actualmente a administrar el mega emprendimiento Olivum, ubicado en el departamento de Sarmiento, junto en la finca lindera al límite con la provincia de Mendoza. Fueron muchos días sin horarios, sacrificando familia, amigos, descanso. Y llegó el final, conocido por todos.
El shock fue muy grande para sus familiares, amigos (entre los cuales me incluyo), profesionales, empresarios, dirigentes y hasta para el sector obrero. Es que siempre fue un tipo simple y laburador.
Ingeniero mecánico, con título de la UNSJ, estuvo en sus inicios trabajando en fábricas de indumentaria en la provincia de San Luis, donde en poco tiempo quedó al frente de una gran empresa.
Luego, ya de vuelta en San Juan, siguió diseñando canales, galpones, armando fincas con olivos y vides, especializándose también en el manejo del costo energético de los equipos de bombeo para riego, en emprendimientos de vasta extensión.
Ya desde el colegio primario se veía que poseía una fuerte personalidad. Inteligente, inquieto, pensante y solidario. Lo conocí a los 8 años, junto a su hermano mellizo Jorge, juntos eran dinamita pura. Primaria y secundaria en el Colegio Santo Domingo fueron épocas de oro, con un grupo de compañeros que finalmente fueron "amigos para toda la vida", con campamentos en la montaña, clases de básquet, retiros espirituales siempre complicados por la tensa relación de ambos mellizos con los curas…Y la celebración del día del estudiante que siempre terminaba con todo el curso en la finca de los Bertagna, en El Mogote, con asado, fútbol, juegos y ¡baile!
Allí, en esa finca nacieron las primeras armas de mecánico de Pablo, con una Ford modelo 1929 que hacíamos andar con lo que sea: nafta, alcohol…hasta kerosén! También allí se acercó a las gamelas, los obreros y las vides, aprendiendo las tareas y la administración, algo que lo apasionaba. Luego vino una larga etapa en CIASA, llevando numerosos emprendimientos olivícolas.
Paradójicamente una de sus canciones preferidas rezaba "y ahora miro atrás un poco, y hace tanto que pasó, y todo lo que yo amaba, ya no es mío y se escapó, y ahora estoy tan confundido, y ahora hay humo alrededor, ¿dónde está el sol? ¿Dónde está Dios? Dime quién me lo robó."