"Tentempié", "Happy hour", "Coctel" o la tradicional picadita, son los términos cada vez más usados entre los consumidores de 30 y 50 años de las principales capitales urbanas de nuestro país, así como sus centros turísticos más importantes.
En estos eventos una copa de buen vino argentino siempre acompaña tablas de aceitunas rellenas, encurtidos, escabeches y fiambres para amenizar y dejar pasar el tiempo transcurrido entre la finalización del horario laboral y la cena o "la previa" a una fiesta o evento social.
Hace poco, Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO, visitaba 2 empresas cuyo origen se vincula a este fenómeno socio-gastronómico, la de los empresarios Maximiliano Ighani e Ignacio Krebs.
Jorge Pardo y su esposa Fernanda Alvarez, se dedican desde hace más de 4 años a la elaboración de delicatessen y alimentos finos en la Villa Fleury, departamento Rawson.
Según explicaron "se trata de una tradición familiar, en la elaboración de conservas caseras, heredada de la cultura mallorquina de la familia Pardo, originaria de las Islas Baleares".
Jorge es licenciado en Administración de Empresas y con mucho esfuerzo ha logrado armar su Pyme agroalimentaria, elaborando más de 20 productos distintos entre aceitunas rellenas, escabeches de vegetales, encurtidos, dulces, mermeladas y almíbares.
Primero comenzaron artesanalmente y luego avanzaron con todos los trámites y habilitaciones para convertirse en Pyme familiar. Todo fue paciencia y persistencia, invertir y reinvertir.
"Nosotros comercializamos fundamentalmente en Córdoba, San Juan, Tierra del Fuego y algo en el Norte argentino. Ahora estamos en internet gracias al apoyo de la agencia Calidad San Juan y con ello nos están llegando un mayor número de pedidos".
Consignaron que además para generar contactos comerciales y localizar su producción, habitualmente participan de exposiciones y ferias como la Rural de Palermo y Caminos y Sabores entre otras, donde se generan degustaciones, contactos comerciales y compromisos de venta para el mercado nacional.
Se trata de una actividad de agregado de valor local a la producción no sólo de aceitunas, sino también de berenjenas, cebollas, corazones de alcauciles, coles, pepino, pimientos, batatas y zapallos entre otras hortalizas de producción local que forman parte de una línea de veintena de productos diferentes.
"La gente pide calidad hecha aceitunas rellenas con palmitos, roquefort, morrón, champignon o un antipasto colorido bien presentado a la vista", comentaron Jorge y Fernanda, agregando finalmente que "para ello participamos del Programa de Gestión de la Calidad y Diferenciación de los Alimentos, el Procal, a fin de certificar buenas prácticas de manufacturas".

