El empresariado minero empezó a acusar el impacto negativo de las restricciones que impuso el gobierno nacional a las importaciones. Los insumos, en especial los de la industria textil para la alta montaña, más algunos repuestos de maquinaria pesada, sufren demoras en la Aduana de hasta 90 y 120 días, poniendo en riesgo la continuidad de algunos contratos. La Nación dispuso restringir el ingreso de ciertos productos importados, como una manera de defender a la industria nacional. La medida quedó rotulada como “licencias no automáticas”. Según la declaración oficial del Ministerio de Industria, a través de las “licencias no automáticas” el Estado monitorea el ingreso de productos importados y detecta los que puedan implicar competencia desleal a los de fabricación nacional. También buscan definir qué productos se pueden sustituir. La medida fue apoyada públicamente por la Unión Industrial Argentina la semana pasada. Sin embargo, ha puesto en jaque algunos aspectos de la industria minera: sólo una mínima parte de sus insumos son de origen nacional, el resto provienen del exterior y cada vez resulta más difícil ingresarlos al país.

“Tiene derivaciones económicas y de demora muy fuertes en la minería. Con seguridad es un impacto muy importante para cualquier operación minera”, consideró Ricardo Martínez, referente del área metalífera de la Cámara Minera de San Juan. Explicó que sólo algunos químicos importados se han reemplazado por otros de fabricación nacional. El resto de los insumos en general se compra en el exterior.

En general los rodados utilizados en la explotación minera son importados y, por ende, sus repuestos son todos fabricados en el exterior. “Hasta el filtro de combustible de un Caterpiller es importado. Y en algunos casos hasta los aceites hidráulicos: si se pone uno nacional de reemplazo, la garantía cesa”, afirmó Martínez.

Calificó las demoras en Aduana como “terribles”. Particularmente, el empresario compró una partida de repuestos para camiones que está detenida desde diciembre. En el ámbito de los prestadores de servicios mineros el cuadro de situación resulta igualmente preocupante. Con un agravante: son empresas de menor escala y, por lo tanto, tienen menor margen para stockearse y superar la coyuntura.

“Los primeros afectados son los que se dedican a lo textil: fabricación de carpas e indumentaria. Básicamente porque la mayoría de las telas o los productos de aislamiento son importados. Y los cierres herméticos para bajas temperaturas, que impiden el paso del agua, son todos importados. Industria nacional de eso, no existe”, explicó el gerente de la Cámara Argentina de Servicios Mineros(Casemi), Alejandro Donna.

El cuadro se complicará más al pasar el primer semestre, según las proyecciones de Casemi. “Vamos a empezar a tener efectos en accesorios y repuestos de equipamientos muy específi cos”, advirtió Donna.

Además de lo textil, desde hace un año sufren demoras en la importación de cubiertas para camiones. “No hay de las marcas que uno usa, como Goodyear, Firestone o Pirelli, que no son hechas en la Argentina. No hay opción: uno se queda sin ruedas”, defi nió el empresario. Incluso hubo desabastecimiento de cubiertas de camiones que vienen principalmente de Brasil y Venezuela. Algo similar está ocurriendo con las bombas electrónicas que vienen de Estados Unidos y Alemania.

El problema tiene derivaciones aún mayores, porque los prestadores de servicios corren el riesgo de perder los contratos con las grandes mineras, que imponen multas y hasta la rescisión por incumplimiento de las tareas encomendadas, sin importar que una máquina esté detenida por razones vinculadas a la Aduana. “Si a mí mañana se me rompe una cargadora, me dan un plazo en horas para que la repare o la reemplace. Los repuestos se han estado demorando en algunos casos 90 o 120 días, con lo cual se termina cayendo el contrato”, explicó Donna.

El eslabón de exploración tampoco está exento de esta coyuntura, más allá de que en el umbral del invierno la mayoría de los trabajos se detienen por razones climáticas en la alta montaña. El presidente del Grupo de Empresas Mineras Exploradoras de la República Argentina (Gemera), Julio Ríos Gómez, dijo que “en este momento a las exploradoras no las está afectando en forma directa. Pero, de continuar la exploración en áreas más bajas, que comienza generalmente en junio o julio, sí vamos a tener problemas dado que mucha de la maquinaria que se utiliza es importada”.

Advirtió Ríos que la demanda de productos importados parte fundamentalmente de los sistemas de cabezales de inyección y mangueras que no se fabrican en el país. “Si las empresas no logran destrabar la importación se va a complicar el tema”, sentenció el dirigente. Y consideró que las empresas más preocupadas en este momento son las que están en etapa de producción o de construcción. “En Casposo, por ejemplo, hay mucha maquinaria de tipo hidráulica, las bombas, los espesadores de los tanques, que son importados. Deben elevarse los pedidos de excepcionalidad para demostrar que no se producen en el país y poder ingresarlos. Y eso no se hace en 48 horas, sino que demora entre 30 y 60 días. Se pone en riesgo la continuidad de la producción”, lamentó.