Ana Frank, aquella chica judía que entre el 14 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944 escribió sus vivencias y volcó sus sentimientos en su diario personal mientras estaba escondida junto a otras 7 personas más en un refugio, para sobrevivir al régimen nazi, seguramente jamás imaginó que podría dar cátedra o al menos servir para transmitir valores muchos años más tarde a alumnos de escuelas sanjuaninas. Pero así será. Como parte del V Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia y Adolescencia "Infancia, Adolescencia y Cambio Social” -que se desarrollará en los próximos días en la provincia y que es organizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia; el Foro Parlamentario por la Infancia de la República Argentina y el Ministerio de Desarrollo Humano del gobierno de San Juan- esta historia de audacia y coraje que trasciende épocas, religiones, geografías, desembarcará en forma de exposición.
Un detalle que no es menor es que los sanjuaninos de todas las edades podrán recorrer uno a uno los paneles interiorizándose por la historia que cuentan, pero además estudiantes locales -tanto del secundario como universitarios- oficiarán de guías orientando itinerario que propone.
La muestra que llega a San Juan es propiedad del Centro Ana Frank, una de las entidades asociadas a la fundación que lleva el nombre de la protagonista de esta historia y que solo cuenta con sedes en Holanda, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Austria y Argentina. Consta de más de 40 paneles en los que se cuentan varias narraciones que invitan a hacer memoria: la mayor parte del relato lleva por nombre "Ana Frank, una historia vigente” y con fotos personales desde el nacimiento hasta los últimos días de la joven más otras de la realidad europea de esos días hace una "línea del tiempo” de los hechos ocurridos tanto en la vida de Ana Frank como en el contexto de la Segunda guerra Mundial. Además se suman 8 paneles más que actualizan un poco la historia y la asocian a acontecimientos argentinos de los días de la dictadura en la década del "70.
"Hay una relación directa entre uno y otro acontecimiento pese a las distancias en el tiempo y el lugar. La historia nos permite reconstruir como los militares argentinos aplicaron mecanismos y procedimientos propios del nazismo tales como la persecución a los opositores, la prohibición de los partidos políticos y sindicatos o las propagandas para demonizar ciertos sectores de la población hasta llegar al horror. Eso puede visualizarse en la muestra y es una invitación a reflexionar el impacto de la historia inclusive en estos días”, explica Héctor Shalom, director del Centro Ana Frank que funciona en la calle Superí 2647, en Belgrano, Capital Federal.
La exposición cuenta con una serie más de paneles denominado "De la dictadura a la democracia: la vigencia de los Derechos Humanos”, donde se explicita la otra cara, la resistencia, la solidaridad, la identidad, en definitiva los derechos humanos.
El broche de oro -y quizás la porción más interactiva de la iniciativa- es "Leer y escribir con Ana Frank”, un incentivo a partir de un cubo con fotos y textos para trabajar la vocación de la lectura y la escritura, tal como lo cultivó Ana en buena parte de su adolescencia. Esta parte de la muestra -que está pensada como propuesta educativa concreta a partir de unos cuadernillos que se llevan al aula para chicos de 9 a 12 y de 13 a 15 años- promueve la reflexión acerca de los talentos, además del discurso social y las opiniones personales.
"Esta es la primera vez que estamos en San Juan y ser parte del Congreso sobre la Infancia y la Adolescencia nos pareció una gran oportunidad para hablar de los valores que promovió Ana, su entorno pero también los que quedan vigentes luego de momentos y contextos difíciles. Creemos que es un aporte para tomar conciencia de lo que significa la violación de derechos, ola supresión de libertades, la persecución frente a la importancia de vivir en democracia, ser libre y solidario, además de poder crecer en familia", detalló Shalom, invitando a escuelas, pero también a papás e hijos a darse una vuelta por el Centro Cívico y conocer esta parte de la historia que aunque quizás lejana, no por eso menos vigente.

