Como una herencia de familia, Anita aprendió "al pie de la letra” la receta del arrope de chañar, ese jarabe mágico, ideal para todo aquel que quisiera superar desde un simple catarro hasta una bronquitis o un problema pulmonar. Creció viendo cómo lo hacían sus dos abuelas: Romelia, por parte de su mamá y Amelia por parte de su papá. Y a partir de tardes enteras moliendo el fruto del árbol autóctono argentino que abunda en la Quebrada de Jachal, pasó a ser su gran especialidad. A punto tal que cuando le propusieron buscar en su memoria alguna receta con historia, ella no dudó en proponer este arrope, pese a que ahora ya no hay tanta cantidad, como cuando ella era chica. Igual lo sigue preparando, con la ayuda de su esposo, con quien se adentra en el campo para buscar las materias primas.

"Ahora hay menos chañar porque las heladas matan los frutos. Por eso, siempre me dejo una reservita, para que no falte nunca. Es que si bien la receta no es tan complicada se necesitan por los menos 5 kilos de frutos para tener poco más de un litro de arrope”, cuenta Ana, quien hace más de 30 años -prácticamente la mitad de su vida ya que cumplirá 63 en julio próximo- que vive en la localidad de Arbol Verde, a 17 ó 18 kilómetros de San José de Jáchal. Hasta allí llegan algunos conocedores de su "famoso” arrope para pedir que les venda.

"Es muy bueno para la tos, el asma, la bronquitis, los pulmones, la neumonía. Dicen que también sirve para la fertilidad. En mi casa no sólo se tomaba cuando alguien estaba enfermo sino que lo aprovechábamos como postre porque es muy rico”, dice la mujer que devela el secreto de la efectividad del jarabe: tomar una cucharada 3 veces al día. "Eso es suficiente para curarse”, asegura, conocedora de lo que dice.

Arrope de chañar

Ingredientes:

5 kilos de fruto del chañar, 10 litros de agua, 1 kilo de azúcar (500 gramos cada 5 litros de agua).

Preparación

Lavar bien el fruto del chañar. Colocarlo en un recipiente con la cantidad de agua necesaria. Hacer hervir hasta que los frutos estén bien cocidos. Colar y llevar el agua a fuego fuerte.

"Hay que hacerlo hervir hasta que se disuelva, sin apretarlo porque si no se hace muy harinoso y esa harina cuesta que se asiente. Hay que hervirlo hasta que salga un color clarito, bien limpio. Cuando está a punto se nota porque se va poniendo espeso. Entonces en ese momento hay que agregarle el azúcar para que no se queme y para que no quede con sabor amargo. Hay que ir mirando el punto, ayudándose con una cuchara, haciendo hilitos con el jarabe”, dice la cocinera que a esta altura de la receta sólo cuida que el arrope no se corte y el líquido quede con un aspecto de jarabe dulce.

Entonces lo deja enfriar y, cuando está tibio, recién lo envasa. "Puede durar dos o tres años”, recomienda.