Argentina es el segundo país del mundo con mayor superficie orgánica certificada, sólo después de Australia. De los 3,7 millones de hectáreas bajo seguimiento orgánico durante el año 2019, 238.000 correspondieron a superficie destinada a la producción vegetal. En este contexto, se observa un importante crecimiento en la superficie cultivada de arándanos en la última década, pasando de sólo 156 hectáreas en 2011 a 1.001 hectáreas en 2019. Según argblueberry.com, ese año exportó 47.922 toneladas de frutas orgánicas. Principales provincias productoras: Río Negro (40%), Tucumán (22%) y Chubut (17%). El volumen exportado ascendió a 2.206.935 kilos, registrando un aumento notable desde los 697.979 kilos despachados en 2015. En cuanto a arándanos frescos, hubo un crecimiento del 70% en 2019 frente a 2018, alcanzando las 1.907 toneladas, ubicándose en la tercera posición en volumen de las frutas orgánicas, detrás de las peras y las manzanas. Según Senasa los destinos principales de los arándanos orgánicos de Argentina en 2019 fueron la Unión Europea con el 56% del total y Estados Unidos con el 39%. Actualmente la certificación orgánica argentina cuenta con homologación para la Unión Europea, Japón y Suiza, y se encuentra en negociaciones para lograr equivalencias con Estados Unidos y Corea del Sur. El mercado interno también representa una oportunidad de desarrollo. En 2019 recibió 13.311 kilos, el 0,7% del total del volumen de arándanos orgánicos producidos, ubicándose en la cuarta posición detrás de peras, manzanas y ciruelas.