La economía rusa está pasando por momentos complejos. Lastrado por la caída del precio del petróleo, el rublo, su moneda nacional, se ha devaluado de tal forma, que especialistas concuerdan en afirmar que está sufriendo su peor caída en relación al dólar desde enero de 1999, cuando alcanzó un descenso del 8%.
El día 1 de enero de 2014, el dólar se cotizaba a 32,64 rublos y el euro, a 45,05 rublos, pero desde entonces un conjunto de factores ha llevado a la divisa rusa a mínimos que hacen historia. Hoy las cifras son explícitas: la moneda se ha devaluado un 40% frente al dólar y entre un 20% y un 30% frente al euro.
Además de su moneda devaluada, la relación comercial con los países miembros de la Unión Europea (UE) es nefasta. Hace tiempo ya que el presidente Vladimir Putin decidió prohibir la importación de productos alimenticios, agrícolas y ganaderos a los países que habían apoyado sanciones económicas contra Rusia debido a su rol en el conflicto ucraniano. Los países afectados por el boicot de Putin son EEUU, Canadá, Noruega y los 28 de la UE.
La participación del mercado ruso en las exportaciones de las economías regionales durante los últimos cinco años fue del 20% en carnes congeladas y 43% en despojos de carne (bovina, porcina, ovina); 30% en mantecas y 12% en quesos; 21% en cítricos; 23% en frutas secas; 20% en manzanas y peras. Las exportaciones de manzanas a raíz de esta coyuntura bajaron de 18,5 millones a 11,3 millones (-39%) con respecto a períodos anteriores.
La caída del rublo es un tema significativo para Argentina porque nuestras exportaciones a Rusia representan entre el 20% y 25% del total de exportaciones, y con un tipo de cambio de esa naturaleza es muy difícil hacer negocios.
