La cosecha este año arrancó con las uvas ya maduras con 23 a 24 grados Brix.

El 16 de enero la variedad Chardonnay y Pinot Gris fueron la primeras uvas en ser cosechada en el 2020 en el mundo. La finca Santa Sylvia, ubicada en las serranías de Zonda, sigue siendo la zona primicia a nivel internacional y entrega los primeros vinos de cada año. 


Sobre un suelo pedregoso al pie de los cerros crecen vides conducidas sobre viñas y parrales que entregan uvas maduras los primeros días de enero de cada año. Como un regalo de Reyes Magos si se quiere por la proximidad de la fecha que celebran los cristianos en el mundo (en el 2007 la cosecha fue un 4 de enero y hacen 5 años la uva ya estaba lista un 28 de diciembre). 


La alta radiación solar hace que la finca de Santa Sylvia, ubicada al pie de la serranía de Zonda, sea la primera en cosechar uvas en el mundo. Un récord donde racimos de calidad, como el Malbec, están maduras entre 1 a 3 meses antes que otras zonas vitivinícolas. 


En San Juan la cosecha de blancas arrancaba casi siempre en el mes de febrero. Con los últimos cambios tecnológicos en viñedos y bodegas, esta fecha se adelantó a la primera quincena de enero, sobre todo para la elaboración de vinos espumantes. Las viñas enclavadas en los médanos existentes en Caucete, camino al santuario de la Difunta Correa, tenían ese récord hasta hace poco. Hoy Santa Sylvia supera en días a aquellos viñedos ubicados al pie del cerro Pie de Palo. 


Se ha adelantado tanto que en San Juan se están colocando los vinos tintos en barricas cuando recién en Mendoza están por empezar a cosechar las uvas blancas para vinos espumantes. Algo impensado y que no estaba escrito en ningún libro de vitivinicultura hasta comenzado el tercer milenio. Ni mucho menos que plantas que vegetan sobre un suelo rocoso y recibiendo a gotas el agua por cañerías entregara uvas. Y más aún que esos racimos fueran de calidad.


TINTAS TAMBIÉN

Es sorprendente que las tintas de este lugar paradisíaco entre los cerros, también se cosechan en enero, algo que tampoco está escrito en ninguna página de libro y sin ningún profesional animado a vaticinar que sucediera. Suplemento Verde publicó en el 2003 en su edición del 25 de enero en su página 3 que Santa Sylvia había comenzado su cosecha también un 16 de enero. Algo inédito en San Juan y el país. Esto era una importante novedad, porque nadie imaginaba que un Malbec, un Syrah, Merlot y Cabernet Sauvignon cosechado en ese tiempo podría, entregar un vino bueno, a lo sumo discreto. Y el argumento es que al tener menos días de su ciclo vegetativo, ya que por ejemplo un Malbec en Mendoza se cosecha desde marzo a abril, difícilmente se obtendría calidad. La sorpresa es que, pese a los planteos teóricos y prácticos, el vino elaborado con estas uvas fue reconocido en concursos nacionales e internacionales.


Santa Sylvia llego a un plan con más 170 hectáreas plantadas con los cepajes Chardonnay, Viognier, Sauvignon Blanc, Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Cabernet Franc, Pinot Noir, Pinot Gris y Tannat conducidas sobre viñas y parrales se han transformado en las proveedoras de materia prima de calidad a varias bodegas de San Juan y Mendoza para elaborar vinos de alta gama. 

Las cepas de Chardonnay y Pinot Gris fueron las primeras recolectadas por los cosechadores. 


MADURACIÓN VELOZ

Este 16 de enero la cosecha arrancó con uvas con 24 grados Brix (grados de azúcar en la uva), un índice ideal para la elaboración de vinos. La semana entrante proseguirán con las otras blancas para pasar rápidamente a las tintas, especialmente al Malbec (cepa insigne del país reconocida internacionalmente) y si no hay grandes sobresaltos, al fines de enero se concluye la cosecha. Como el suelo es pedregoso, los frutos de las viñas reciben mucho calor en el verano y se está muy pendiente de ello cubriendo el suelo con cobertura vegetal para disminuir los posibles daños. 


En estas condiciones de clima y suelo los rindes por hectárea son de entre 8 mil y 10 mil kilos por hectárea. Los vinos obtenidos en esta finca han sido premiados en distintos concursos nacionales e internacionales y se venden en la Argentina y también se exportan.


CAMBIO CLIMÁTICO Y BAJOS PRECIOS

Lógicamente que el efecto cambio climático ya se está notando en esta zona y ha comenzado a preocupar por el mayor costo que significa producir en contrario a un mercado donde el precio por kilo de uva hace inviable seguir produciendo. A tal punto que se han dejado varios cuarteles de regar de uvas blancas y hoy están totalmente secos. Una verdadera pena no solo en lo económico, sino en lo ecológico al volver a quedar el suelo desnudo y en lo social, ya que se pierden fuentes importantes de trabajo. 


Esta temporada viene pintando mal otra vez para los productores argentinos ya que hay bodegas que este año van a elaborar menos atendiendo a menos clientes y recibiendo la uva sin precio. "¿Cómo pretenden pagar tan poco cuando saben que en el mundo va a faltar uva, que hay menor producción en Europa, se cosechara menos en Chile y ya el granizo afectó viñedos productivos en varias regiones del país?" se quejó un dirigente viñatero muy preocupado, denunciando un abuso de posición dominante de las principales bodegas fraccionadoras.


La situación de los viñateros es crítica lo que queda bien reflejado al comparar los precios de las uvas con los valores promedio de exportación de vinos genéricos a granel en Argentina, Australia y Chile, el productor local es el que sale perdiendo respecto a sus competidores en lo referido a distribución equitativa de los ingresos. 


Mientras aquí el viñatero recibe el 12% del valor de cada litro de vino exportado, en Australia la relación es del 25% y en Chile del 18% promedio, según reveló un estudio realizado por el Observatorio Vitivinícola Argentino, una entidad dedicada a analizar la realidad del sector, que fue publicado por este diario en julio.