La calabaza, no solo se utiliza a nivel gastronómico y medicinal, sino que además, es muy común su uso ornamental. Por ejemplo la calabaza gigantes de las fiestas de Halloween o los calabacines de colores.
La calabaza (Cucurbita máxima) y el calabacín (Cucurbita pepo) son plantas de la familia de las cucurbitáceas, grupo de plantas caracterizadas por tener grandes frutos, llamados pepónides, de una gran variedad de formas, compuestos por una cubierta dura y resistente y un interior blando y acuoso. Entre los miembros de esta familia además de las calabazas, encontramos el melón, el pepino, la sandía, etc.
Las calabazas presentan una acusada variedad de formas en sus frutos, debido a la cierta facilidad para generar cultivares distintos a partir de la hibridación con otras especies silvestres muy cercanas. El origen se supone que es americano, aunque el calabacín ya era conocido en Europa en la edad antigua. No hay que confundir estas calabazas (g. Cucurbita) con la calabazas de peregrino, usadas tradicionalmente como recipiente y flotador, pues pertenece a otro género distinto (Lagenaria).
De las calabazas y se consume su fruto y también su gran flor que es cada vez más apreciada en la gastronomía.
El calabacín no es demasiado exigente en temperaturas, sí requiere de agua, debido a su gran masa foliar. Es preciso tener presente cuando planificamos la huerta en casa, pues tiene cierta resistencia a crecer en suelos pobres o inadecuados. También necesita de bastante iluminación para poder llegar a producir sus frutos.
El cultivo suele hacerse por siembra directa en primavera, sembrando dos o tres semillas, para después deshacernos de las que sobran, hasta dejar sólo una planta, la de mayor vigor. Si queremos obtener calabazas para Halloween habrá que retrasar algo la siembra, (dependiendo de las temperaturas) para que no fructifiquen demasiado pronto.
El calabacín necesita de grandes marcos de plantación; por ejemplo de 0,50 × 0,50m a 1 x 1m o más, pues su crecimiento rastrero ocupa mucho espacio. Para ello se suele recurrir al entutorado, normalmente con alambre sobre una malla rígida que facilita las labores, la iluminación y aprovecha mejor el espacio.
Las flores necesitan ser polinizadas por abejas, esto es importante en el huerta. Las calabazas como otras cucurbitáceas son minóicas, es decir, una misma planta tiene flores macho y hembra, y suelen tener mecanismos para evitar la autofecundación, así que será recomendable tener al menos dos plantas.
Estas bonitas asombran con su aspecto tan curioso que parecen artificiales. En realidad son calabacines y calabazas, cultivados únicamente por su valor ornamental. Encontramos de varios tamaños, colores y texturas (rugosas y lisas). Aunque pudiesen ser comidos, no son lo más adecuado, ya que son muy amargas dada su elevada cantidad de cucurbitacina (la misma sustancia que hace amargar los pepinos). Sin embargo, aunque no se coman, son lindas para armar arreglos en el hogar. Vale la pena hacer un lugarcito para estas bellezas en el huerto de casa.
No es muy exigente en cuanto al suelo, de hecho crecen en terrenos no tratados, sin mayor cuidado. Necesitan de un lugar soleado. No requiere un suelo especial y de mucha calidad. Prefiere suelos sueltos y con un pH de 6. No es recomendable utilizar compost para su cultivo. La clave está en el riego, ya que requiere de mucha agua. Durante los primeros 20 días, se aconseja regar cada tres días. Es importante saber que debemos suspender el riego una semana antes de la cosecha. La ubicación será esencial para su crecimiento por lo que debemos asegurarnos de que el lugar sea cálido y con abundancia de luz. La época de siembra es en verano.
Normalmente la variedad de calabacines ornamentales se pueden adquirir en sobres de semillas, en los que se suelen mezclar las variedades para poder tener mas surtido de formas y colores. La alta capacidad de hibridación de la calabaza, hace que se crucen entre ellas, pudiendo llegar a hibridarse con calabazas comestibles llegando a estropear la cosecha al volverlas amargas e incluso tóxicas, si se utilizan semillas de cultivos anteriores. Lo más aconsejable es separar las diferentes especies, o identificarlas a la hora de realizar el cultivo, clasificarlas por tipo y comprar buena calidad de semillas certificadas.
Las calabazas y calabacines son sensibles al ataque de la araña roja y mosca blanca, también a diversas enfermedades fúngicas y bacterianas provocadas por exceso de humedad y sobre todo por falta de ventilación, además de que pueden aparecer deformaciones en los frutos causados por cambios bruscos de temperatura.

