Pese a ser tan sólo un círculo de masa con diferentes rellenos -que a veces se sirve desplegado aunque generalmente va doblado por la mitad- la tentación es inevitable. Están convencidos que un panqueque puede hacer la diferencia a la hora de comer.
Ese fue el concepto con el que cuatro amigos -Dani Miodowsky, Juan Manuel Correa, Nicolás Grecco, Juan Manuel Saendorf- pensaron en un negocio original. De hecho, hace apenas 15 días abrieron la primer crepería de la provincia, donde se puede pedir una de estas delicias de masa esponjosa y liviana para desayunar, pero también para almorzar, merendar, cenar o inclusive para hacer una colación a cualquier hora del día. Es que este restaurante y confitería funciona desde las 9 hasta las 2 de la madrugada.
Los crepés son una invención del jefe de cocina -que a su vez fue quien propuso la carta- Matías Tula, un experto en la materia que ha pasado por varios restaurantes de San Juan, de Buenos Aires y Mar del Plata. Este cocinero fue quien probó tantas recetas hasta que logró la mejor de los panqueques. También hizo las alquimias dulces y saladas que hacen la veces de relleno o complemento. En la carta hay un despliegue de 74 opciones dulces (que van desde el viejo y querido dulce de leche hasta combinaciones con mermelada de zarzamora, crema, almendras y miel o con ricota, higos y puré de manzana o helado y frutas frescas, ganache de chocolate y coco, por citar sólo algunas alternativas). A las que se suman 82 variedades saladas que pueden incluir fiambres (jamón crudo, jamón cocido, panceta), quesos diferentes (azul, ricota, gruyere), verduras (tomates desecados, choclo, palta, cebolla, berenjenas asadas, corazones de alcauciles, espinaca, morrones) y frutas (ananá), atún, salchichas, pollo, carne vacuna, langostinos e ingredientes gourmet (palmitos, nueces, almendras, rúcula). De autoría de Matías Tula son las seis salsas que le dan una terminación justa al plato salado.
‘Siguiendo la premisa original de un negocio basado en crepés armamos panqueques caseros ciento por ciento. Queríamos panqueques, no que se confundieran ni con una piadina, ni con un taco. Y lo logramos. Son grandes, abundantes, llenadores y diferentes’, dice satisfecho por los primeros resultados del restaurante que está en pleno corazón de la Avenida Libertador.
Un detalle: los panqueques salados miden 25 centímetros de diámetro y los dulces, casi 20. Los precios van desde los 40 a los 108 pesos, dependiendo de los ingredientes y sabores con que el comensal elija rellenarlos.
