Esta semana comenzó la cosecha de ajo morado en el Valle de Tulum de San Juan. Paralelamente Calingasta, el mayor departamento ajero de la provincia, se prepara para iniciar en unos 20 días la "arrancada" del ajo blanco y aunque no se rumorean precios aún y existe incertidumbre, hay optimismo.
Muchos han confundido la recuperación de precios respecto de otras campañas anteriores con "triplicar ganancias" o "mayor rentabilidad".
Lo cierto es que aún los precios no marcan la realidad de un producto donde la inflación en los costos de producción sumado a un dólar retrasado, limitan su competitividad internacional.
Bruno Perín, por ejemplo, afirma que "muchos hablan de China como "sobre oferente" de ajos en el mundo, cuando la realidad marca que en el mercado europeo, su ingreso está delimitado por cupos y en Estados Unidos y México por aranceles".
Esta realidad obliga a repensar entonces en que el ajo argentino no compite mejor en el mundo no sólo por la obligación de nuestro país de cuidar los dólares para comprar combustibles, sino también por represalias comerciales de los países compradores frente a la política externa argentina.
Según los productores locales consultados, el ajo morado arrancó esta semana su cosecha, con un precio alrededor de $2,20 el kilogramo en "verde" y de $4 a 5 para el "cortado", cabe recordar que este año la estimación en superficie plantada en la provincia oscila alrededor de las 1.100 hectáreas (no existen cifras oficiales ni privadas ni públicas). Esto es un 20 % menos del año pasado en función del quebranto de la campaña anterior.
Esta semana además se conoció el informe para el "desarrollo de las bases tecnológicas para indicaciones geográficas de ajos de Calingasta", elaborado por el Proyecto Ajo-INTA que en su primer año ya lo posicionan muy favorablemente.

