El Taller Azul -un espacio de arte y literatura para chicos entre 6 y 12 años que se desarrolla en Salta- tiene varios libros en su haber. Pero el último (el número 17) tiene una particularidad: fue escrito e ilustrado a distancia y vía mail, como una forma de demostrar que el modo de comunicarse más básico -con lápiz y papel- y el más tecnológico -por la red y computadoras de por medio- pueden fundirse en un excelente resultado. Así nació "Pin pon. Cuentos que van y vienen”, un libro que como su título lo dice, hizo viajar a las palabras desde un teclado a otro, de diferentes provincias hasta Salta, para poder concretarse en siete cuentos, de la mano de siete escritores reconocidos.
La madre de la idea es Silvia Katz, una reconocida artista plástica que desde 1987 abrió las puertas al mundo de la imaginación con un único propósito: hacer volar las mentes de los chicos. Y cada año lo logra y lo demuestra con una publicación esmerada y con toda la dedicación posible ya que no sólo se cuida cada detalle sino que termina siendo un "libro de lujo”, con una encuadernación y una calidad que más de un escritor notable quisiera tener.
Esta vez, la propuesta fue como la de un juego. Ese en la que cada uno aporta una palabra para armar un relato. Aunque ahora, cambiaron las reglas: no había que sumar cada uno una palabra, sino muchas. Una especie de pin pon, donde la diminuta pelota va de una cancha a la otra. Los pin eran los chicos, los pon, los grandes, según la lógica de Silvia Katz.
La historia fue así: los chicos del Taller Azul, allá por junio, se dividieron en grupos. A cada equipo, se le asignó un escritor, al que no le conocían más que su nombre de pila. Juntos, sellaron un trato, virtual por cierto: en grupo o en soledad, en el caso del adulto, iban a enviarse de a uno los párrafos de un cuento. Grandes autores para chicos de la talla de Ruth Kaufman, Adela Basch, María Teresa Andruetto, entre otros, dieron el sí de inmediato. Junto a ellas, hubo un "casi” sanjuanino -en realidad es mendocino pero hace años que está radicado en la provincia- que se sumó: Pablo Henríquez Micheletti, que está tan feliz por la experiencia vivida que sueña con poder replicarlo con los niños que van a la biblioteca Franklin o los que quieran sumarse desde sus casas. Por ahora es un anhelo pero se ha comprometido para lograrlo. Y pronto.
"En el 2006 conocí a Silvia Katz. Luego ella me invitó a hacer el prólogo de uno de los libros del taller de chicos. A partir de entonces seguimos en contacto permanente porque nos interesan las mismas cosas. Y ahora me invitó a este lujito de escribir con los chicos, lo que me pareció desproporcionado, comparando con los autores a los que había convocado. La idea me pareció maravillosa, entonces ¿cómo decir que no?”, cuenta Pablo que al momento de la presentación con Katz estaba trabajando en su propio libro para chicos ("Los cuentos de la abu”, ganador de la "Colección San Juan”, un programa de la Subsecretaría de Cultura de la provincia) y además editaba para DIARIO DE CUYO, el suplemento infantil Chiche, entre otros proyectos mediáticos dirigido a los más chiquitos de la casa.
Entre julio y septiembre, se hizo el intercambio de mails. Cada miércoles era el día de la cita. El primer correo -con el título, los personajes y el esquema básico del cuento- partió de los chicos salteños. Después siguió el "ida y vuelta” de párrafos, con discusiones de por medio para mantener la idea de la historia en cuestión. Más adelante llegó el momento de ilustrar cada momento del cuento y por último enviar un video para conocerse con el autor, cara a cara.
Así vieron la luz "La bruja aguja” (con ayuda de Kaufman), "La novela de los instrumentos” (bajo la batuta de Adela Basch), "Las aventuras de Mudito” (entre los chicos y Sergio López Suárez), "Bebé libro busca una historia” con la colaboración de María Teresa Andruetto, "Amor comestible” (con los aportes de Daniel Sagarnaga), "El viaje de Crispín”, en el que hay párrafos de Eduardo Abel Giménez y por último, "El país del vicio”, el cuento de Pablo Henríquez Micheletti y Eugenia Lenti (7), Julieta Toledo (8), Mateo Molina (8), Luciano Di Bitonto Vallejo (9), Ignacio Karanicolas (10), Joaquín Mamani (10), Lourdes Hernández Molina (10), Mateo Núñez Jaime (10) y Sofía Ceballos (10).
¿De qué se trata cada cuento? Habrá que esperar un poco para leerlo porque como el libro está recién editado, todavía no llega a ningún punto de venta de San Juan. Solo hay una forma de consultar cómo hacer para poder tenerlo en las manos y disfrutarlo: contactarse con la página de Facebook de Taller Azul Arte Infantil.
Mientras tanto y casi en secreto, quien jugó de local adelanta algunos detalles de su cuento, el que se basa en un mundo tecnológico y lleno de electrodomésticos, donde el control remoto, el mouse, las teclas, cobran vida y se convierten en personajes. "El cuento plantea el mundo en que viven los chicos, con mucho tiempo frente a las máquinas. Hubo mucho respeto entre las generaciones para llegar a un relato coherente entre un viejo moralista, en este caso yo, y los chicos que son amorales y quieren reflejar sólo que sienten y piensan, sin prejuicios ni ataduras. Fue un trabajo divertido y productivo, donde grandes y chicos aprendimos a la par. Y donde la aldea global nos dio una gran herramienta para mantenernos en contacto y poder hacer literatura”, resume el fruto de los mails.