El sector agroindustrial argentino en general y sanjuanino en particular, parecen estar perdiendo el tren del desarrollo definitivo, para sumirse en una suerte de espiral vicioso donde la culpa por la falta de una visión estratégica es siempre del contexto que lo rodea y no de la inacción, también de la organización a largo plazo así como la propuesta, el diseño, ejecución y control de políticas públicas sectoriales.
Entonces la falacia de la "pobreza estructural", parece sí acercarse a nuestro país para convertirlo en una nación de indicadores sociales, educativos, sanitarios y económicos similares a las de naciones de escaso o nulo desarrollo.
Es que, tal como lo señalara años atrás el destacado especialista en comunicación pública, el doctor Gustavo Martínez Pandeani, "el sector agroindustrial está perdiendo la batalla comunicacional", frente a sectores mejor entrenados como el gobierno
Para revertir la actual situación de desaparición de pequeñas y medianas empresas agroindustriales y la concentración en pocas manos afines al gobierno de turno, realidad indicada por el último Censo Nacional Agropecuario, es necesario saber qué decir y cómo decirlo. Hay que proponer el debate.
Se trata entonces de saber cómo posicionar los temas de tratamiento y resolución más urgentes en la agenda pública, atendiendo a los nuevos requisitos comunicacionales de la arena política y la "mediatización" de la comunicación institucional, generando representantes y voceros coherentes.
De lo contrario, los temas de debate público que no siempre son los estratégicamente urgentes, los impondrá el sector oficial y el tiempo transcurrirá hacia inexorable desaparición del sector agroindustrial. Para pensarlo, ¿o no?.