Se trata -por definición- de la realización de 2 cultivos simultáneamente, sean sembrados o transplantados juntos o no, pero que durante una parte del ciclo, comparten el suelo, el agua y los nutrientes. Siempre alguna ventaja tiene la ejecución de esta metodología de trabajo. En muchas zonas de la República Argentina es común verlos, por ejemplo, la alfalfa con el centeno, donde se busca la protección contra los vientos y la implantación de la forrajera. En esta foto, en el Médano de Oro, donde las chacras son la pasión de los habitantes, una esparraguera con choclos entre las hileras, doble propósito que le dicen. Muy buena idea para una tierra turbífera, fértil y que da excelentes frutos.