"Lo que se hereda no se hurta", dice el dicho popular. Y es así, la herencia se lleva en la sangre, en la pasión, y eso es lo que precisamente heredó gran parte de la sociedad sanjuanina cuando comenzó a hacer sonar las castañuelas para hacerlas propias. Lejos de un resentimiento tras la conquista, el baile unió a los pueblos y los acompañó en su evolución. Por años los esquemas tradicionales fueron los más elegidos por las madres que enviaban a sus hijas a las academias, en cambio hoy, el nuevo flamenco es el que gana cada día más adeptos.

En la provincia funcionan cerca de 40 instituciones (algunas con aval del Ministerio de Educación de San Juan y otras con aprobación del Fracassi, una entidad privada a nivel nacional), a las que asisten unas 3 mil personas que estudian o toman clase para disfrutar de cualquiera de las diferentes escuelas ibéricas: Bolera, Danzas Regionales, Estilizado y Flamenco. Un número que se ha multiplicado en los últimos diez años de una manera increíble, a juzgar por maestras del rubro con años de trayectoria. No obstante, este lapso de tiempo también ha servido para perfeccionar las técnicas, para mejorar las coreografías, sumar ítems a los programas de estudio, y sobre todo, optimizar los resultados finales.

"La evolución ha sido tremenda gracias a que en estos últimos años han llegado a la provincia maestros de España y de Buenos Aires para dictar talleres tanto en San Juan como en Mendoza. Del mismo modo, muchas profesoras han viajado para perfeccionarse y eso ha ocasionado cambios notables. Además, hasta no hace mucho las academias sólo se dedicaban a bailes más tradicionales como rumba, sevillana, paso doble, que si bien siguen vigentes, le han dado paso a otras que tiene más exigencias técnicas al momento de bailar como los fandangos, los verdiales, entre otros", explica Kuky Maestro, maestra de danzas españolas y bailaora reconocida a nivel local y nacional. Es propietaria del Instituto Cádiz donde se dictan clases de este tipo de baile con fuerte base de clásico y contemporáneo.

Precisamente la estilización ha sido uno de los cambios más rotundos en los últimos tiempos, ya que no alcanza con buenos vestidos y música sino con en una profundización de las técnicas que les permite a las bailarinas lucir de una manera diferente y atractiva.

Gemina Maratta del Estudio de Danzas Copellia, que tiene a cargo la organización del Certamen Al Danzar, cuenta que "la cantidad de academias que hay en la actualidad es impresionante porque muchas chicas han decido abrir la propia en diferentes barrios de la provincia. Gracias a eso se han ampliado las posibilidades de tomar clases y lo notamos en el certamen ya que invitamos a unos 40 institutos y participan cerca de 30. Además las maestras se han especializado mucho en los últimos tiempos, viajan a tomar clase o asisten a los talleres que dictan profesores de afuera". Gemina es integrante de toda una familia de bailarines, su mamá Griselda Sisterna en la fundadora de Copellia y sus hermanos también son docentes del rubro. De hecho Clarisa Maratta, es la encargada de la parte de clásico y contemporáneo, disciplinas obligatorias en la actualidad para adquirir la base de las otras danzas. Esto les ha permitido sumar la Escuela Bolera, luego de perfeccionarse con maestras del primer nivel internacional, que se caracteriza por su estricta base en clásico (con castañuelas), una disciplina un poco más complicada por el tipo de movimientos.

Sin lugar a dudas, el arraigo de estas danzas es muy notable en San Juan por la gran cantidad de descendientes españoles, más aún si se compara con otras provincias donde no tiene la misma fuerza de aceptación.

Marita Maldonado del Instituto de Danzas Granada asegura que "las danzas españolas han tomado mucho auge, llama la atención la cantidad de nuevas academias y gente que asiste. Como toda actividad artística ha evolucionado con los años, y muchas maestras se han preocupado por perfeccionarse con especialistas de renombre. A esto se suma que la gran cantidad de descendientes españoles conserva las ganas de mantener esta cultura. Marita también creció con el ritmo de las danzas españolas y muy joven ya era profesora, lo que le permitió viajar por diferentes lugares para perfeccionarse y ofrecer su experiencia a las alumnas.

En realidad el 99 por ciento de quienes asisten a las clases son mujeres, y es escasa -y en algunos lugares nula-, la participación de varones. "En San Juan los chicos deben animarse un poco más, hay mucho prejuicio al respecto, pero cuando conocen este tipo de danza se quieren quedar para siempre", dice Maldonado.

Tanto Kuky como Gemina y Marita coinciden que es extraño que en una provincia con tanta aceptación y gusto por las danzas españolas no haya un tablao (espacio físico para la danza y la música), para que la gente pueda disfrutar con mayor frecuencia de cualquiera de los estilos españoles.

A esto también se sumó que hay grupos musicales que acompañan a las bailaoras, algo tradicional en España, y que desde hace pocos años también sucede en San Juan. De todos los estilos, el flamenco es el más codiciado en estos momentos,

un fenómeno que se repite a nivel internacional. Tanto es así que esta danza resultante de un abanico de culturas fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010.

Todo un auge para una actividad tradicional de la provincia que ha sabido evolucionar en el tiempo y atrapar cada vez más seguidores.