Durante mucho tiempo, por no decir siempre, Beatriz García de Huertas se hizo el mismo planteo: ¿qué aspectos tienen en común los seres vivos? Ella encontraba muchas coincidencias y parecidos -además de diferencias por supuesto- entre el hombres, los animales y las plantas. La pregunta jamás dejó de rondar sus inquietudes hasta que un día, al azar, encontró una respuesta que terminó de corroborar sus humildes hipótesis. Fue frente al televisor, cuando en la pantalla vio un informe científico que demostraba los más de cien genes compartidos por todos los seres vivos.
Con ese dato y la certeza de que la "discriminación es un absurdo" y que "posiblemente todos tenemos el mismo origen y el mismo final pero los caminos son distintos" -tal como ella define-, tomó sus herramientas y empezó a trabajar. Así fueron naciendo de a poco y al cabo de los últimos seis años, las obras que forman parte de las series "Cascarones", "Origen", "Piel" y "Semilla", en base a chapas de aluminio, hierro y acero inoxidable con el agregado de tuercas y tornillos, que fueron soldadas, cortadas, plegadas y como se dice en la jerga artística, batidas. Algunas tienen formas claras de picos, alas, semillas, hasta figuras humanas como un útero o seno materno. Otras son abstractas y dejan librada la interpretación a quien la ve. Todas, según las intenciones de la artista, tratan de transmitir un mensaje, ese que pretende demostrar uniones y diferencias, pero para "hacer un mundo diferente al de hoy".
Justamente al menos 19 de estas piezas, algunas enormes (de hasta 13 metros), otras más pequeñas, se adueñaron por estos días y hasta el mes de marzo del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson. Es que se despliegan desde la vereda, pasando por el hall central, el jardín interior, el café y toda la sala 3 de este espacio de arte, dando sentido a "¿Qué nos une?", nombre que identifica a la exposición de Beatriz.
"Con mi obra hablo de la vida, desde la germinación hasta el nacimiento humano. Pero también muestro los "cascarones" que nos protegen e inclusive de cómo nos vamos endureciendo para tener una piel fortalecida. Justamente si pudiésemos ponernos en la piel del otro, podríamos comprenderlo. ¿Que nos une? es la pregunta y el nombre de la exposición. Pero no la puse para que sea contestada, sino para compartir una búsqueda, una pregunta abierta, una aventura entre la realidad interior y lo que nos circunda, con la esperanza de generar nuevos lazos y canales, que nos permitan ver un poco mas clara la conexión de todo lo existente; y a través de puntos, líneas, formas y colores, imaginar y tejer pieles, redes, lazos para unir las diferencias y que nos hablen de esa esencia común que todos los seres vivos compartimos, de esos pequeños cosmos de colores que somos, donde incesantemente se renueva la vida", resume la artista plástica que no sólo se dedicó a la docencia sino que, activa o jubilada (como está ahora) sigue siendo una permanente investigadora de materiales y técnicas. De hecho, a lo largo de su carrera pudo profundizar y lograr piezas de enorme belleza en materiales como madera, metales, vidrio, entre otros. Y aunque no todos lo sepan, muchas de estos trabajos fueron expuestos dentro y fuera de la provincia y el país. Y no solo eso, también fueron elegidos para colecciones privadas y públicas de Argentina, Brasil, Chile, España y Estados Unidos, entre otros la de los presidentes Cristina de Kirchner y el chileno Sebastián Piñera.

