Cuando las Congregación de las Hermanas Hospitalarias de la Misericordia se fue de San Juan en el 2009 -luego de haber cumplido en la provincia con su misión solidaria por 10 años- dejaron en manos de Miriam Dolly Arancibia su legado. Ella debía hacer que el voluntariado "La cometa”, que colaboraba en ese entonces dando de comer a más de 50 niños de la Villa Echegaray y se ocupaba por ayudar a enfermos, siguiese existiendo. Y así lo está haciendo hasta el día de hoy. De hecho, el próximo 23 de abril llevará una donación a la escuela Gregorio Las Heras de Las Tierritas, en Albardón y el sábado 26, entregará 19 becas escolares y para tratamientos médicos a varios pequeños.

Mientras tanto, Dolly busca colaboraciones y voluntarios que quieran sumarse. "Qué mejor que este tiempo de Semana Santa para comprometerse con ayudar a los demás”, dice orgullosa del objetivo que sostiene con muy poca ayuda, entre los que cuenta a su familia y amigos, algunos de sus alumnos y fundamentalmente el párroco Raúl Zalazar.

Todo comenzó cuando Dolly conoció a las hermanas a través de monseñor Di Stéfano. Él las contactó cuando la filósofa ganó una beca para especializarse en Italia y las monjas "le abrieron las puertas” de su hogar. Con la religiosas convivió un año. Y la experiencia le sirvió para comprometerse para siempre con este voluntariado internacional que se llama "La cometa”, nombre que hace referencia a la estela que dejó la estrella de Belén en su guía a los Reyes Magos. "La idea es que no deje de brillar esa estrella, con acciones solidarias”, dice la profesional que ya está preparando un cargamento de libros, útiles y equipamiento para la escuela albardonera además de ayuda para niños con patologías complicadas.

La obra de las Hermanas Hospitalarias de la Misericordia dejó muchas huellas en la provincia, como el salón que funcionó como comedor o el proyecto laboral de costura para mujeres. De todos modos, todavía no está terminada la tarea. Queda, según Dolly, mucho por hacer.