Ella estudia quinto año de psicología y él es Técnico Agrónomo, egresado de la Escuela Agrotécnica Sarmiento de la localidad de Media Agua, en la provincia de San Juan. De genética emprendedora y comercial, ambos trabajan juntos por construir un futuro mejor y este proyecto, el cultivo del melón blanco tipo rocío de miel típico del lugar, juega un rol fundamental.


Sin embargo, la falta de una campaña de difusión contundente del sello de calidad anclado al origen Indicación Geográfica Melón de Media Agua San Juan, suele causar trabas en la comercialización y el producto termina siendo comercializado como mendocino a través de los habilidosos intermediarios de esa provincia.


Justamente esta dificultad para estos jóvenes emprendedores, que "en la campaña anterior, cuando estábamos en plena cosecha, vimos paralizarse el mercado, no estaba y la venta se cayó porque no aparecían compradores o pagaban muy mal, a menos del costo. No ofrecían un precio justo".


Pero esta realidad no detuvo el entusiasmo de la joven pareja que lleva un quinquenio en común: "Para que no se perdiera, decidimos comenzar a pensar en cómo hacer dulce para que no se perdiera la producción", relataron.

Los novios emprendedores Rocío Bertomeu y Esteban López junto a su pequeño retoño Beltrán López muestran la chacra de melón y los dulces en pan.


PRUEBA SUPERADA

"Al principio costó. No lográbamos la consistencia que queríamos. Pero de a poco fuimos logrando lo que buscábamos, aunque en muy pequeñas cantidades", comentaron agregando luego: "Cuando lo logramos, hicimos una pequeña prueba comercial con buen resultado dentro de la familia". 


"De esta manera pensamos la solución al problema de cómo hacerle frente a la poca venta que tuvimos y nos salió bien. Ahora elaboramos con la consistencia del dulce en pan, similar al membrillo y gusta mucho", afirmaron.

Los emprendedores trabajan en la presentación del nuevo producto.


Actualmente "con la cosecha de este año hemos podido hacer una cantidad más importante y en la primera elaboración o 'pailada', se agotó inmediatamente y todos comenzaron a preguntar por este producto".


Seguimos trabajando ya no sólo en elaborar más dulce, sino en todo lo vinculado a inscribir el producto, diseño y gestión del etiquetado para vestir el producto como corresponde y patentar la receta", afirmaron los emprendedores agregando luego: "Contamos con una página en la web. Es la que usamos en un primer momento para difundir y colocar los melones en el país. Ahora sumamos el dulce".


Allí, "volcamos todo lo vinculado al cultivo del melón y así generar más clientes para el melón blanco y entonces ahí promocionamos este nuevo producto".


La finca, llamada Prado San Isidro, queda en Media Agua, sobre Calle Alfonso XIII, "el dulce lo hacemos ahí mismo. Sinceramente no contamos con la estructura como para llamarse fábrica, simplemente lo elaboramos de manera artesanal y observando las normas de inocuidad alimentaria. A medida que vamos obteniendo ingresos del dulce, vamos consiguiendo más herramientas, porque empezamos con lo básico". 


"Sin embargo estamos convencidos de que podremos, en algún momento, producir una cantidad que nos permita llegar a todos los sectores de la provincia, sin perder las cualidades y sabores de la elaboración artesanal que nos caracteriza", remarcaron con ímpetu emprendedor.


Finalmente, es importante entender cómo los jóvenes, cuando reciben testimonios de vida dignos de ser imitados, saben demostrar mejor que otros de lo que son capaces y ellos lo confiesan: "Estamos orgullosos de nuestros padres por todo lo que nos enseñaron y recibimos de ellos".

 


EL DATO
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