Llegar al estudio o al gimnasio y que haya una de las mal llamadas camas o camillas con resortes e implementos a disposición, no significa hacer Pilates. Así de claro lo expresa Melisa Morales, la profesora de Educación Física que no sólo se adentró a este mundo hace unos cuántos años sino que además es formadora en San Juan de esta metodología. Sus intenciones y lo dice sin miramientos es que las personas interesadas en estos ejercicios no corran riesgos ni se expongan a posibles daños por no estar acompañadas y dirigidas por un profesional experto.

Es más, hasta se anima a catalogar que así "como es muy bueno y sus beneficios son importantísimos, si se hace mal es un arma letal". Y ejemplifica que si "una persona que está trabajando 3 veces por semana, acostada en el equipo que es lo que suele hacer solamente aquel instructor que no está preparado, sin organizar su caja o su tronco y sin colocar cada segmento corporal con las estabilizaciones que corresponde, esas persona está trabajando mal y al cabo de unos meses puede lesionarse, generar una hernia de disco o, en definitiva, generar un daño", asegura poniendo en la mira la responsabilidad de quien está al frente de los entrenamientos.

En cambio ella considera que es el método de ejercitación más noble de los existentes hasta el momento, pese a que ya tiene más de 100 años. Es algo que ella aprendió y pone en práctica desde 2006, luego de 10 años de haber iniciado en la actividad junto a su esposo y colega, Diego Velazco, además de un grupo de personas con quienes compartía los primeros entrenamientos, recién cuando pudo empezar a capacitarse una vez que se zanjó una batalla legal mundial por este método (ver El creador de un método de supervivencia).

"Pilates en realidad nace con el nombre de Contrología y es desde sus comienzos una filosofía de vida, un método que tiene principios y sustentos filosóficos y fisiológicos (como concentración, control, centralidad, respiración, fluidez y precisión), por eso es fundamental conocerlos y hacerlos conocer para educar los movimientos y la postura del cuerpo de manera integral. Es clave respetar la individualidad del alumno, en cuanto a lo que necesita su organismo, para cumplir el objetivo. Lo puede trabajar cualquier persona, de todas las edades y todas las condiciones, inclusive los adolescentes y los niños. No hay limitantes. En mis clases participan desde embarazadas, jóvenes y adultos mayores, personas que tienen hernias de disco, personas que se acaban de operar de un reemplazo de rodillas, sólo por citar ejemplos. Les hace bien a todos", explica la dueña de "En Movimiento", donde funciona su gimnasio y su espacio de formación, con dos sedes, una en Rawson y otra en el Barrio Del Bono.

Entre otros beneficios detalla que es una forma no sólo para ponerse en movimiento y mejorar la postura o la alineación del cuerpo, sino también para adquirir fuerza muscular, flexibilidad, resistencia, tonicidad. "Trabaja las capacidades coordinativas como el equilibrio, entre otras. Reduce los niveles de estrés y mantiene a la mente conectada con el cuerpo en el momento presente. Permite a la persona "escuchar" su cuerpo y su alma. Aparte de eso ayuda en la concentración, es un estímulo para prestar atención plena al momento de ejercitar, hace uso de la imaginación, la memoria, la motivación. Inclusive muchos dicen que no es lo indicado para bajar de peso, sin embargo cuando el cuerpo humano trabaja y responde a ciertos principios, se activan las enzimas y el metabolismo comienza a generar que se quemen las grasas. En Pilates se trabaja con la musculatura profunda, se protege la columna y se le da a cada órgano el lugar que necesita, desde el pie ya que desde ahí se organiza la postura como una transferencia de energía. Por algo, su creador lo definía como el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu, sin sobresaltar alguno".

Asegura que no es aburrido, suave ni poco activo o dinámico. Por el contrario, "si alguien no termina cansado luego de una hora de ejercicio es porque algo no hizo bien", afirma. Se trabaja en todos los planos del movimiento -no solo acostado- y con todas las posiciones del cuerpo. Y lo mejor, es que según su experiencia, los resultados son prácticamente instantáneos ya que hay un cambio notorio, al menos en la corrección de la postura, del inicio de una clase al finalizar la jornada.

"Lo mejor es cuando la gente se da cuenta de que a partir de Pilates empieza a poder hacer cosas simples que antes no podía como atarse sola los cordones o prenderse el corpiño hasta cuestiones más complejas que redundan en mejor calidad de vida", dice Melisa.

Claro que no todos los que lo practican lo hacen por cuestiones terapéuticas, sino que muchos lo utilizan como entrenamiento diario y acondicionamiento diario a partir de los diferentes equipos como el Mat (especie de colchoneta), Reformer (la estructura con resortes con distintas densidades que muchos relacionan con una cama), Cadillac (para colgarse), barrel, sillas, corrector espinal, entre otros.


La experta

Melisa, luego de recibirse de profesora de Educación Física, quedó maravillada por las bondades del Pilates. Ella se ha formado, y sigue tomando capacitaciones, en el método clásico tanto en Buenos Aires como en Brasil. En julio próximo será oradora en un simposio internacional que tendrá lugar en La Plata, desarrollando la temática "La construcción y el proceso pedagógico en la enseñanza de las rotaciones de la columna".

El creador de un método de supervivencia

El alemán Joseph Hubertus Pilates tenía 31 años cuando sus rutinas circenses o de boxeador por monedas lo encontraron en la campiña inglesa. Era 1914, plena Guerra Mundial y Reino Unido extremó las restricciones contra los extranjeros. Pilates no se salvó y fue deportado a un campo de prisioneros sospechado de espía.

Hasta ese momento la vida no había sido fácil para Joseph, además sufría raquitismo, asma y fiebre reumática. Por eso empezó a entrenar y a los 12 años su cuerpo mutó. A la par cada vez se interesó más por los movimientos de los animales y la anatomía humana.

Justamente todos estos conocimientos lo llevaron a crear un método de entrenamiento físico en el campo, mientras se entretenía mirando cómo los gatos cazaban ratones, única forma que tenían de subsistir. ¿Cómo hacían para cazar sus presas? Joseph llegó a la conclusión de que estaban vitales por pasar largo tiempo estirando sus músculos.

Así fue como convenció a sus compañeros de comenzar a ejercitarse "como los gatos" en un limitado espacio utilizando los resortes de las camas del hospital del campo. Una vez liberado al finalizar la guerra, comenzó a enseñar y entrenar policías, bailarines con lesiones, actrices. Tales eran las repercusiones que patentó su cama de ejercicios, llamándola Universal Reformer, en Estados Unidos. Allí puso su gimnasio y comenzó a difundir su método de "contrología" basado en el control del cuerpo como punto indispensable y en el ejercicio de los músculos. 

Pilates escribió dos libros, Tu salud (en 1934) y Volver a la vida con la Contrología (de 1945). Su idea -y el que reconoció su mayor frustración- era que la medicina incorporara oficialmente a su método como uno de los principios de la salud. Hasta su muerte continuó dando clases de gimnasia

Por Paulina Rotman
Fotos: Colaboración instructora Melisa Morales