Nuestra Argentina es un país con rica historia ganadera. Así como en San Juan se desplaza en nuestros valles de altura en la región pampeana se concentra el 90 por ciento de la invernada y el 70 por ciento de la cría vacuna, lo cual responde al aprovechamiento de las mejores condiciones de producción. Las condiciones climáticas del sur permiten que el guanaco es parte de la cultura patagónica y lo seguirá siendo en el futuro. Por lo tanto, el objetivo a desarrollar será la cría del guanaco en forma provechosa, sin perjudicar la conservación de la especie en su estado silvestre. En una recorrida turística por el Sur, se observa que por ejemplo en hoteles de renombre en Calafate el principal plato es el de guanaco, especie que siempre fue interesante por su cuero (chulengos y adultos) y que actualmente existe un notable interés en ciertos mercados europeos, también por su lana. Sabemos que su caza está prohibida en la mayoría de las provincias, motivo por el cual existe su crianza en cautiverio. Precisamente las característica sobresaliente de esta especie autóctona son la adaptación al ambiente patagónico, a su vegetación, a su clima y a los depredadores naturales. La cría de guanacos puede cubrir variados objetivos (como se observa en la foto, muy celoso y protector de su cría) aceptándose su manada en un determinado lugar disponible por el grupo familiar, ya que es un animal de vida diurna que, dentro de su hábitat, delimita sitios de actividad, como dormideros, áreas de alimentación, revolcadores, bosteaderos, etc. Continuemos preservando esta especie autóctona en Argentina, aprovechando su adaptación a regiones marginales y se continúe con una investigación sanitaria existiendo varios aspectos, entre ellos la inseminación artificial, para una comercialización más fluida.


Por José "Pepe" España (fotos) y Roberto Olivera Vega (periodista)