El ingeniero Oscar Dölling afirmó que habrá nuevos eventos solares que repercutirán decididamente sobre nuestras cuencas hídricas en el ciclo 23-24.


Entender el clima hoy es clave, sobre todo en una provincia como San Juan, desprovista de estudios y tecnologías de público acceso que abarquen la totalidad de su territorio. Por este motivo Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO recurrió al doctor ingeniero Oscar Dölling, director del Programa "Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas, ingeniería Hidráulica y ambiental".


Primero que nada "debemos explicar qué es el fenómeno del Niño, porque a veces mucho se habla de él, pero poco se conoce o se entiende qué es realmente. El Niño está originado en un complejo sistema termodinámico donde interactúan el Sol, el océano y la atmósfera. Para que se entienda mejor, El Niño es un complejo fenómeno atmosférico originado por el evento que se conoce como Oscilación del Sur que es la variación de presiones atmosféricas entre 2 lugares, Tahití (en la Polinesia) y Darwin (en Australia) y que presenta una alta variabilidad tanto en frecuencia como duración e intensidad a lo largo del tiempo", explicó.


Es un evento cíclico, "cuya ciclicidad está marcada también por los ciclos solares y duración e intensidad de la actividad solar. Se suele medir esa variación de presiones y generar un número que se lo conoce como el indicador SOI (por sus siglas del inglés Southern Oscilation Index). Los valores positivos del indicador SOI están asociados a La Niña, esto produce un aumento de la intensidad de los vientos alisios y los valores negativos se asocian al Niño, es decir un aumento de la intensidad de vientos contraalisios". 


Para Dölling, hoy "estamos observando cómo estos vientos alisios se están llegando a valores normales por lo que se espera que continúen condiciones de ENSO-neutral durante el otoño, seguidas por una probabilidad de 62% de El Niño desarrollándose durante mayo-julio 2023". Además, "durante abril, las temperaturas por debajo del promedio de la superficie del mar (SSTs, por sus siglas en inglés) aumentaron en el oeste y en el extremo este ecuatorial del Océano Pacífico".


Agregando luego: "El valor del índice semanal de anomalía más reciente del Niño-3.4 fue de 0.0ºC, pero el valor del índice del Niño 1+2 fue de +2.7ºC, indicando un calentamiento significativo a lo largo de la costa suramericana. En abril el pasado mes, el área promediada de temperaturas de sub-superficie aumentó, reflejando el dominio de temperaturas sobre el promedio de la sub-superficie a través del Océano Pacífico ecuatorial". 


SORPRESAS

Para el investigador, "todo hace esperar hoy, incluso el promedio de modelos tanto estadísticos como dinámicos, que estamos transitando una transición a El Niño comenzando junio-agosto 2023 y persistiendo hasta el verano".


Sin embargo, "los pronósticos durante el otoño pueden resultar en sorpresas, la onda oceánica Kelvin reciente más las anomalías recurrentes de los vientos del oeste se anticipa que calentarán aún más el Océano Pacífico tropical. El calentamiento costero en el este del Pacífico pudiera indicar cambio a través de la cuenca del Pacífico y una probabilidad de 4 en 10 de Niño. Pero, tenemos que decir que aún persiste una pequeña probabilidad de no tener Niño de 1 en 10 hacia finales del año".


Y al ser consultado si se trata de un "Niño intenso", afirmó: "No, nada que ver, más bien un Neutro, con posibilidades de un Niño débil a normal a fin de año".


MANCHAS SOLARES

"Estamos entonces bajo la incertidumbre de qué pasará con las diferencias de presión atmosféricas que son originadas en los procesos de movimientos de masas de aire asociados a la termodinámica de la atmósfera y su relación a la termodinámica de los océanos. Ambos procesos termodinámicos se originan por la radiación solar incidente", afirmó Dölling, destacando luego: "Actualmente hay un aumento de radiación solar por un aumento de actividad en el sol observado por el número de manchas solares".


Actualmente, "las curvas que se conocen como 'pluma de pronósticos' en todos los modelos dan diferente y esa dispersión entre ellos aumenta a medida que queremos saber qué pasa más allá en el tiempo".


De hecho, "es tan alta la dispersión que hoy nadie se atreve a decir qué va a pasar más allá de junio en que el promedio de casi todos los modelos dan lo mismo, hasta junio estaremos en Neutro, o sea con valores de anomalía de temperatura por debajo de 0.5 grados Celsius, de más está decir que las ideas apocalípticas para describir estos sistemas tan inerciales siempre han fracasado y escaparon a la realidad observada, por lo cual se deben desestimar completamente, al igual que las versiones apocalípticas del cambio climático, debemos entender que el clima tiene sus ciclos y variabilidades y que estos fenómenos son muy inerciales, es decir no generan mayores sorpresas, más bien son predecibles dentro de los márgenes de su propia variabilidad".


NOSOTROS

San Juan no escapa a esta realidad "por lo que podemos decir que, en virtud del aumento observado en las manchas solares, la variación negativa de presiones SOI y el aumento de temperatura superficial del mar en el Ecuador (indicador ONI); se avizora que tendremos nevadas en este invierno que pueden ser igual o superiores a las del 2022. Sin embargo, los escurrimientos reales esperados deberán ser pronosticados teniendo en cuenta la humedad antecedente de las cuencas, las manchas solares de hace 18 a 24 meses atrás y la realidad de las nevadas que se produjeron semana a semana durante el año 2023, que han sido muy escasas", coincidiendo con lo señalado por el glaciólogo Silvio Pastore recientemente en nuestro semanario suplemento.


EN NÚMEROS

1.250 hectómetros cúbicos es la demanda anual de agua en el Valle de Tulum. Más del 85% corresponde a la agricultura.

  • El secreto es preparar los posibles escenarios

 

El magíster Silvio Pastore advirtió sobre su "última prospección geofísica en alta cordillera: la ausencia de nieve y muy baja humedad de suelo". 


Para el glaciólogo sanjuanino, magíster Silvio Pastore, "debemos estar muy atentos al comportamiento del fenómeno climatológico global El Niño", por las implicancias decisivas para la delicada situación hidrológica provincial ya que recientemente estuvo "realizando prospección geofísica en alta cordillera y los datos importantes son: ausencia de nieve y muy baja humedad de suelo". 


Pastore es quien bautizara a la actual crisis hídrica sanjuanina como "Sequía Perfecta" con argumentos científicos en el Primer Conversatorio del Agua y la Crisis Hídrica del año 2021, propiciado por el Arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, y el equipo arquidiocesano de Justicia y Paz. 


El glaciólogo destacó que "en marzo y primera semana de abril se continuó observando un sostenido calentamiento de la temperatura del mar en el océano Pacífico oriental, sobre todo en la región costera al sur de Ecuador y centro y norte del Perú. En algunas partes el valor de anomalía fue de más de +5°C".


"Entre febrero y marzo se observaron algunos pulsos de vientos del oeste, tanto en el Pacífico occidental y central, como en el Pacífico oriental", y agregó: "El Índice de Oscilación del Sur (SOI) desde mediados de enero presentó una reducción significativa de sus valores. El último valor observado fue de -2.3".


Y coincidió con Dölling: "El pronóstico del ENOS para el trimestre abril junio 2023 prevé mayores probabilidades de condiciones Neutrales, con un 70%. Estas condiciones se mantendrían por lo menos hasta la mitad de 2023, donde a partir del segundo semestre, se podría desarrollar un Niño".


Los pronósticos de precipitación para abril-junio de 2023 "indican valores por encima de lo normal en la región costera del Ecuador y norte del Perú y en parte del norte de Brasil. Condiciones por debajo de lo normal son pronosticadas en parte del norte y sur de Venezuela y centro de Chile".


EL SOL

Por lo expuesto hasta ahora, debemos retomar el tema de las "manchas solares", parafraseando al doctor ingeniero Oscar Dölling: "San Juan no escapa a esta realidad por lo que podemos decir que en virtud del aumento observado en las manchas solares, la variación negativa de presiones SOI y el aumento de temperatura superficial del mar en el ecuador (indicador ONI) se avizora que tendremos nevadas en este invierno que pueden ser igual o superiores a las del 2022". 


Sin embargo, "los escurrimientos reales esperados deberán ser pronosticados teniendo en cuenta la humedad antecedente de las cuencas, las manchas solares de hace 18 a 24 meses atrás y la realidad de las nevadas que se produjeron semana a semana durante el año 2023, que han sido muy escasas".


A PREPARARSE

En este punto del análisis es importante preguntarse ¿qué hacemos? Lo peor es no hacer nada. No reparar ni preparar los diques, defensas y gaviones que protejan canales, caminos, poblaciones y cursos del río en San Juan. Así como diseñar y presupuestar los planes de contingencias climatológicas para el ciclo 23-24 y reservas hídricas.


La Organización de la Naciones Unidas -ONU-, emitió un alerta esta semana y estimó "en un 60 % la probabilidad de que El Niño se desarrolle a finales de julio, y en un 80 % a finales de septiembre".


Y advirtió de la creciente probabilidad del fenómeno meteorológico en los próximos meses, "provocando un aumento de las temperaturas globales y posiblemente nuevos récords de calor". 


LA CIFRA

80  por ciento de probabilidad de ocurrencia de que El Niño se desarrolle a finales del mes de septiembre estimó la ONU.

>> Agroclimatología local

Escasa incidencia del ENOS en las heladas

 

La relación estadística entre Frecuencia de Heladas y los eventos Niña/Niño es muy débil o sólo se manifiestan en los meses de junio, julio y agosto para el Valle de Tulum, afirmó el ingeniero Cristian Albors.


Uno de los impactos indirectos de la sequía perfecta acaecida en el último trieño en San Juan fue el aumento de la ocurrencia e intensidad de heladas y ahora, la pregunta del millón es: ¿influye El Niño en ellas? 


El agroclimatólogo de la UNSJ, ingeniero Cristian Albors, nos informó un trabajo realizado "con la base de datos meteorológicas perteneciente a la EEA INTA San Juan, ubicada en calle 11 y Vidart Pocito, que cuenta con 53 años de registro (1968-2022)". 


"Se examinó la relación entre la intensidad de la fase cálida del ENOS o El niño y el número anual de heladas o Frecuencia de Heladas -FH-, es decir, número de eventos de heladas producidos en un año determinado", indicó.


"El primer paso fue encontrar una correlación estadística entre la temperatura de la superficie del mar -TSM- focalizada en la región Niño 3 (5ºS-5ºN, 90ºO-150ºO), y los valores obtenidos para Pocito de FH. Las variables a correlacionar fueron las anomalías en temperatura de la superficie del mar normalizadas y el número de días con heladas al año para Pocito", indicó.


Los resultados mostraron "correlaciones débiles a nulas para las variables analizadas, indicando una baja influencia del fenómeno El Niño en las heladas registradas en el Valle de Tulum San Juan. Pero a pesar de no alcanzar una correlación estadísticamente significativa, podemos decir que el número de días con heladas al año se comporta de manera contraria a lo que sucede con las TSM, es decir si las temperaturas superficiales del mar aumentan -El Niño-, las frecuencias de heladas en el valle de Tulum disminuyen, de igual modo sucede cuando se enfría el agua de la superficie del mar -La Niña-".


Y afirmó finalmente: "El valor medio de cantidad de heladas por año en Pocito es de 28 días, pero cuando los años son 'niño' se encuentra una leve disminución a 25 eventos anuales, mientras que en los años 'niña' ascienden a 31 al año". 


"En nuestra provincia predominan las heladas por irradiación. Este tipo de heladas es provocado por la pérdida, durante la noche, del calor acumulado en el suelo durante el día", indicó Albors explicando luego: "El calor emitido va ascendiendo, dando como resultado el mayor enfriamiento de las capas bajas de la atmósfera, próximas a la superficie".


¿Cuándo ocurren?

Una helada "ocurre cuando el cielo nocturno se encuentra despejado, no corre viento y se intensifica cuando el aire tiene baja humedad relativa", aclarando luego: "Aunque el invierno es la época del año con más heladas, los frutales están en reposo vegetativo y resisten a las mismas. En primavera, ocasionan daños en brotación".



FRECUENCIA DE HELADAS

  • 31  es el promedio de los valores obtenidos para Pocito de Frecuencia de Heladas en años de ocurrencia del fenómeno "La Niña".
  • 25  es el promedio de los valores obtenidos de Frecuencia de Heladas en el INTA, en años de ocurrencia del fenómeno "El Niño".