Hace unos días llegaron a Barreal, cuarenta chicos de la escuela primaria EPEP Nº 46 "Fernando Roberto Bejarano” de Siete Palmas, localidad a 145 kilómetros de la capital formoseña. Fue para vivenciar un campamento científico, en el que pudieron enterarse de muchas curiosidades de la astronomía y también hacer observaciones al diáfano cielo sanjuanino. Este fue el premio que les entregó el Ministerio de Educación de la Nación y el Icate (Instituto de Ciencias Astronómicas de la Tierra y el Espacio del CONICET) por haber sido uno de los ganadores de la 33º Feria Nacional de Ciencia y Tecnología, realizada el año pasado, por su trabajo sobre la donación de órganos.

La visita no solo fue importante para los anfitriones (para quienes fueron los primeros en pasar por la experiencia y a la que seguirán en las sucesivas semanas estudiantes de Buenos Aires, Santiago del Estero, Chaco, Santa Fe, entre otras provincias), sino que fundamentalmente fue un "antes y un después” en la vida de los viajeros, que vinieron de un lugar donde hay poco más de 2.000 habitantes y en muchos casos ni siquiera tienen luz eléctrica por lo que enfrentarse a los telescopios de del Observatorio Ulrico Cesco y del Complejo Astronómico El Leoncito fue una verdadera aventura.

Estuvieron cuatro días en la localidad de Calingasta, tras 36 horas de viaje y además de visitar los observatorios, pasearon por el Barreal Blanco y ascendieron al Alkaza, según detalló Stella Malaroda, quien fue parte del campamento por hacer investigaciones en el Icate.