Azorados observamos con los ojos del alma el espectáculo que tuvo lugar el sábado 27 de febrero de 2010. La provocación que produjo en el espectador algunos de los elementos usados nos recuerda a ese gran poeta del cuerpo que fue Octavio Paz quien decía en su libro "Ladera Este": "más que aire/más que agua/más que labios/.Tu cuerpo es la huella de tu cuerpo. Tu cuerpo incendia tu sombra".
Los artistas que realizaron esta puesta usaron un concepto de "carga mágica" con ritos de ausencia y presencia en los cuales el fondo de escena era una cuadricula de setenta y dos cuadrados, que representaban la combinación y la ordenación regular de los cuatros elementos. Dentro de cada cuadrado de carácter estático y severo se movía un cuerpo que tenia una significación de tejido. Cuando todos tenían movimiento, representaban los cuatros elementos, las cuatro estaciones, las cuatro edades de la vida, los cuatros puntos cardinales, elementos de carácter femenino que representan a la Madre Tierra y a la creación en oposición al carácter masculino que se advierte en el círculo y en las esferas presentes desde el comienzo del espectáculo. Esto suele atribuirse a las tradiciones chinas e hindúes. En el sistema jeroglífico egipcio el cuadrado siempre implica realización. El circulo o las esferas que subían y bajaban, que también portaban cuerpos humanos tenían la representación del circulo en lo que hace a la perfección y a la eternidad. Cuando el espectáculo comenzó tuve la sensación de estar frente a un vitral de la Edad Media invadido por setenta y dos artistas, no esculpidos sino signados por el movimiento y las luces que develaban y ocultaban los cuerpos que formaban las figuras. El procedimiento era dotar de poder a la imagen. El espectáculo era la resultante de una continua y movilizante serie de cuerpos unidos por pigmentos y alambres mágicos que provenían de una sincronización musical de perfección. Este soporte había sido logrado por la mezcla de las canciones patrias como "Aurora", "Himno Nacional Argentino" que se entremezclaban con sonido reales de la majestuosidad de los truenos y las tormentas sanjuaninas grabadas en directo, donde el movimiento etéreo de los bailarines daba marco a la intencionalidad de festejar a la Patria mediante la pulsación de todos los sentidos colocados en la Canción Patria.(No recuerdo haber visto nuestro Himno danzado excepto en alguna década del siglo XX cuando Isadora Duncan llegó a la Argentina para bailar en el Colón y en la víspera ofreció un recital privado en el Café Tortoni donde bailó descalza, desprovista de ropas y cubierta con la Bandera Nacional. Cuentan las historias de la cultura que eso le valió no poder presentarse al otro día en el Teatro Colón. Las criticas fueron devastadoras).
Yo rescato con la palabra "Emocionante" no el Pegaso mecánico que simbolizaba la capacidad innata del espíritu y la inversión del mal en bien. Ni tampoco los pájaros que como todo ser alado, desde ya, son símbolos de estados superiores del ser. Rescato lo provocativo e innovador de la puesta en donde se han conjugado los esfuerzos de bailarines actores, maquilladores, vestuaristas, artistas, plásticos, músicos, guionistas y técnicos todos pertenecientes a la provincia. Todas estas personas han tenido el pensamiento de que el arte es un largo proceso personal de aprehensión del mundo y del cuerpo humano como parte de él, el fondo escénico, esa alzada escenográfica nos regalaba un proceso de iluminación como un aprendizaje casi místico de una actitud frente a la vida.
En el siglo XVIII el filósofo Rene Descartes en "El tratado del hombre" dijo: "el cuerpo no es otra cosa que una estatua o máquina terrestre que Dios formó deliberadamente para hacerla lo mas parecida a nosotros mismos".
Felicito como espectador a Irene Ferreira y al Ariel Sampaolesi, por su talentosa dirección a Lucio Flores, Rolando García Gómez y Eduardo Varela por los arreglos instrumentales y la música que parecía no ser de este mundo. También a todos los artistas sin excepción que participaron de la puesta en honor a la Patria , a la Libertad que significa vivir en esta Argentina, cuya etimología nos remite a la palabra latina "Argentum", que significa el material precioso de la que están hechas muchas de las cosas sagradas.
Fuimos convocados a observar un espectáculo y nos encontramos con un milagro. El milagro de ver materializado el significado de libertad , de amor y de confraternidad de una Patria Joven de apenas doscientos años de vida pero de un futuro poderoso en donde esperamos que reine la Justicia , el Orden y la Caridad, como valores.
También me congratulo que las autoridades de la Cultura y de la Educación como así también el gobernador de San Juan, hayan permitido que sanjuaninos y todos aquellos que hayan podido participar del vuelo del espíritu del Arte con los ojos del alma para poder compartir prácticas, discursos, símbolos y técnicas de avanzada al nivel de cualquier lugar de nuestro mundo.
Un verdadero homenaje al Bicentenario de la Patria, usando nada menos que el cuerpo de los hombres, seres que pueblan los campos y las ciudades de esta tierra Argentina acunada por la Bandera Celeste y Blanca.
Abramos nuestros ojos y miremos el futuro para crecer.