¿Cómo se hace para rescatar algo positivo en la vida personal y comunitaria de este 2020? 
Creo que lo más importante para revisar al final de este año, es, si pude reconocer cómo yo actúo frente a las situaciones adversas. Lo positivo no está en que todo salga como yo quiero o espero. Lo positivo es que pueda superar la frustración y encontrar una respuesta al conflicto. Para muchos, es un año doloroso, en el que perdieron seres queridos, trabajo, que debieron cerrar sus emprendimientos o empresas. Eso no implica que no sea positivo. Esos son sucesos muchas veces imponderables, desgracias, situaciones malas. Pero lo positivo, es haber tomado consciencia de cómo actúo yo frente a eso. Conocerme y reconocerme. Ese es el verdadero balance que vale la pena hacer. El verdadero aprendizaje. Cómo hago para enfrentar el conflicto: ¿Huyo?, ¿niego la situación?, ¿la enfrento? ¿Me quedo en la protesta o en la angustia? ¿Me paralizo? Esto es quizás lo más provechoso para revisar. Porque la vida, no siempre es justa como espero. Entonces, lo positivo no está en conseguir siempre lo que deseo, sino en saber ser feliz a pesar de lo que no tengo.

¿Reconocerse es un ejercicio para poner en práctica? ¿De qué manera?
Sí, es un ejercicio cotidiano. Es hacer consciente aquello que siento, buscar, qué me genera ese sentimiento. Hacer consciente la pena, la angustia, el aburrimiento, la frustración, la alegría. Los seres humanos nos conectamos con mayor facilidad con las sensaciones placenteras y huimos de aquellas que nos generan displacer. Pero es necesario conectarse con lo displacentero también. Si estoy pasando por un duelo porque perdí un ser querido, porque perdí mi trabajo, etc., lo normal es que esté mal, angustiado, enojado o que sienta culpa. Conectarme con eso me sirve para gestionar las emociones y elaborarlas. Eso me hace más dueño de mí mismo y mis decisiones. Integrar, lo racional, lo emocional, para tomar mejores decisiones. Si necesito llorar, sacar enojo, tomarme tiempo en soledad, son conductas que debo dejar fluir, para conectarme conmigo mismo. Eso es un trabajo cotidiano. Es necesario leernos, como una continuidad, quiero decir con esto que la vida tiene momentos difíciles, y también maravillosos, y ambos son parte de mi realidad. Lo que convierte en sufriente una vida es oponerse a lo que debemos enfrentar. Si aceptamos lo que nos toca, es posible que nos duela, pero eso dolor pasa. Si nos quedamos en la actitud de negarlo o resentirnos y quedarnos en el rencor, esa situación no fluye y se convierte en sufrimiento.

¿Hay personas que tienden a encontrar aspectos positivos y no centrarse solo en que todo lo vivido fue negativo?
Sí, sin dudas. Eso tiene que ver con la personalidad, y también en cómo las personas estructuran y relatan su vida. Hay quienes ven en cada problema una situación a superar, y otros, ven ahí un lugar donde sufrir. Hay quienes cuentan su vida a través de éxitos, otros de fracasos afectivos, algunos en un derrotero de enfermedades, otros en el dolor de la soledad... cada uno tiene una lectura de su propia vida, que la cuenta en sus conductas. Eso es lo que debemos revisar... ¡Cómo cuento mi vida! ¡Cómo veo mi vida! Eso es hacer un verdadero balance. Más allá de ver culpar a las condiciones de vida que me tocaron, para poder mirarme.

Para la psicología, ¿el hombre está condicionado por el entorno para percibirse?
La sociedades construyen conceptos, preceptos, ideas que estructuran (para su autoconservación) la mirada de autoridad, poder, amor, vínculos, familia, fe, etc. Esa estructuración nos atraviesa en la educación. Es así que nuestra mirada está condicionada por esos conceptos. No percibe igual la familia un argentino, un sanjuanino, que una persona en la India. Y los afectos, los vínculos se arman y responden de manera inconsciente a esos estereotipos. Lo que hace que cada persona sea más libre, es que pueda hacer consciente ese atravesamiento y decidir si adhiere o lo desecha. Si estructura su vida sobre lo que le dijeron que era la familia y los afectos, o lo que él aprendió de su propia experiencia de vida sobre lo que son, por ejemplo.

Según tu visión, ¿qué aprendimos de este año de pandemia?
Es difícil decirlo. Porque, la pandemia continúa, y trasciende al año calendario. Así que todavía nos queda mucho por aprender. Todavía no está resuelto. Pero, a veces pienso que la premura y la dificultad de la situación, ha hecho que en general las personas se enfoquen más en la resolución de lo cotidiano, pero, no estoy seguro si se han podido mirar a sí mismos. En cómo enfrentan una situación que los excede. Socialmente pasamos por procesos de miedo a la amenaza desconocida, a la muerte (inicialmente), luego el enojo por el encierro, las pérdidas de las libertades, los trabajos, los seres queridos, luego, una situación más depresiva de cansancio, hastío, impotencia, por el miedo al futuro. Y ahora la incertidumbre frente a la vacuna y la nueva ola de contagios, que es la que se mantiene. Lo observamos en personas que parecen haberse olvidado que la pandemia sigue, y han menguado las conductas de cuidado, distancia, etc. Quizás revisar este comportamiento social y sobre todo individual es lo que nos deja un aprendizaje. Nos permite volver a tomar el control de mi vida y hacerme cargo de mi cuidado y el de mis seres queridos.

¿Cómo se hace para seguir trabajando sobre esos aprendizajes para que queden y se refuercen y no sea algo pasajero y olvidadizo?
Los seres humanos tendemos a la búsqueda de situaciones y lugares comunes, que nos permitan buscar los patrones de comportamiento conocidos, para resolverlos. Cuando una conducta está definitivamente internalizada, ya se ha logrado el aprendizaje, y no nos olvidamos. Por eso, creo que la clave está en que reflexionemos sobre nosotros mismos. Tomando consciencia de ¿cómo actúo frente a la vida?, ¿cuáles son las conductas que me caracterizan? ¿Esas conductas me permiten resolver o simplemente posponer el conflicto? ¿Vivo mis sucesos cotidianos como desgracias o como oportunidades de mejora? Ese es el verdadero y positivo aprendizaje y sobre todo el más duradero.