La economía argentina y su comportamiento pendular, fueron los motivos de un largo análisis junto al economista Fabián Saffe de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica de Cuyo.

"El valor de la divisa y su plaza, es inmensamente sensible para alimentar expectativas de devaluación, de ahí que presione a la inflación por todos los flancos. Una devaluación brusca traería aparejado un brutal ajuste al poder adquisitivo de la población con la consecuente pérdida de actividad económica", comenzó señalando afirmando luego con énfasis: "Si no hay compras, no hay ventas, no hay crecimiento, no hay demanda de empleo, en consecuencia, mayor crisis". 

Y aclaró: "Si bien estas últimas semanas ofrecen un espejismo exitista respecto del hecho cierto de haber ‘domado’ la divisa. Se debe entender que las tensiones cambiarias seguirán y que unas semanas de golondrinas no hace verano". 

"Si bien la brecha se achicó -había superado el ciento por ciento, esta semana parece que seguirá ubicándose en aproximadamente 75/80 por ciento-, entre el tipo de cambio oficial y los dólares financieros, el frente de las reservas es el horizonte a observar. La tendencia sigue siendo la pérdida de divisas por parte del Banco Central, más allá que se atenuó en este último tiempo, nadie está convencido de que el actual nivel de reservas sea suficiente", comentó Saffe aconsejando "estar atento a que en los próximos meses el Banco Central pueda o no sumar dólares. La estabilidad cambiaria anhelada depende de ello y está por verse en función de la liquidación de parte de agroexportadores, el préstamo-adelanto de FMI, swap con China, entre otros factores".

Ajuste o no ajuste

Para el analista económico, "cerramos un año de elevado déficit fiscal -como todos los gobiernos-. La pandemia, el gasto obligado y la emisión monetaria se traducen en 7 puntos del PBI de déficit. No había mercado donde ubicar deuda pública, con una economía cayendo 25 puntos con un sector privado paralizado, aumentando el gasto ofreció una salida de manta corta. Este contexto expansivo desde lo fiscal es de imposible continuidad, las reservas y la inflación ofrecen límites potentes". 

"En este año que termina, se entró en crisis y se continuó con pandemia. No hubo reparos ortodoxos para frenar el gasto público -se partió de un déficit fiscal de 0,5 por ciento y se termina con 7 por ciento del PIB-. Muchos de estos puntos en rojo corresponden a gastos Covid-19, la estrategia consistió en aumentar el gasto del estado cuando el gasto privado se caía a un ritmo de hasta el 37 por ciento", señaló el economista. 

Y comentó: "El sendero fiscal responsable de economía política insiste con lógica precisa, de que el gasto se arregla en la medida que la economía se recupere y no al revés. Guzmán parece que no ajusta para que la economía crezca, sino que baja el ritmo del aumento del gasto en la medida en que la economía crezca. El límite de esta estrategia: otra vez… las reservas, la inflación y la tasa de interés".

Buena noticia local

Consultado por el contexto provincial, Saffe afirmó: "La mejor noticia, fue la no noticia. El presupuesto provincial no necesitó de un endeudamiento grosero para cerrar las cuentas. El activo principal es el orden fiscal". 

Y remarcó finalmente que "en el sector privado se espera con ansias la obra pública federal, la estabilidad cambiaria -factor necesario para poner en marcha la minería, por ejemplo-, la recuperación de poder adquisitivo del consumidor, créditos promocionados y el deseado fin de la pandemia".