Una mirada en cierto modo introspectiva como resultado de cuatro años de investigación y producción de Adriana Miranda, en la ciudad de San Juan. La obra se integra a una serie de trabajos en los que ella, desde hace más de una década, indaga acerca de su vínculo con los entornos urbanos, de su modo de estar en ellos y de representarlos. La deliberada toma de distancia, el pretendido extrañamiento, ocultan mal su implicación con estos lugares: todos estos trabajos hablan de ciudades en las que la autora eligió vivir y trabajar.

En El espacio de acá, Adriana Miranda se pregunta por los rasgos específicos de la percepción y representación que la sociedad sanjuanina tiene de su lugar en el mundo. Su tesis implica que esa mirada es objetivada en aplicaciones prácticas a la vida material y cotidiana: desde la predilección por viviendas de cierto estilo arquitectónico al que Miranda denomina rusticococó -notorio por su divorcio del entorno desértico en que tiene lugar- hasta la adopción de mascotas domésticas de exótico pedigree.

Estas casas, más funcionales a otras geografías; estas mascotas, cuyas expectativas de vida se reducen drásticamente en un ambiente para el que no están preparadas, constituyen la escenografía de una vida ideal. Ellas construyen la visión de un mundo ordenado, dominable y familiar y, al mismo tiempo, moldean los comportamientos cotidianos de miles de familias sanjuaninas. Se trata de formatos producidos offshore, diseñados de modo cuidadoso para un consumo uniforme y deslocalizado.

A esta constatación, Miranda opone el descubrimiento de un sistema más silvestre y, no obstante, efectivo que se despliega a la vista de todos: el de los perros callejeros de la ciudad de San Juan. La artista parte del postulado, ya clásico, de que los seres vivos, al relacionarse con su medio, desarrollan las características más apropiadas para su supervivencia. Esta idea, que debemos a esa pasión por la solidez científica que estalló en el siglo XIX, fue el disparador de un trabajo de reconocimiento, estudio y catalogación de dos diferentes grupos de perros sanjuaninos, de sus rasgos y comportamientos. El Delmer Andino y el Delafer Andino reproducen su ciclo vital en las calles de la ciudad de San Juan con escasísima dependencia de la intervención humana y con notorio éxito. Una cierta sabiduría emerge del propio discurrir de estos grupos de perros, día a día, en su territorio y da lugar a una serie de comportamientos rigurosamente codificados que se despliega, de modo perspicaz, sobre la trama urbana. Mientras el rusticococó de las casas sanjuaninas se construye en referencia a un espacio imaginario, ideal, nunca verificado, los delmers (del mercado, 5 a 13 kilos, pelo corto) y delafers (de la feria, 13 a 35 kilos, pelo corto) prosperan en el ‘espacio de acá’.

Si el trabajo puede leerse como un cuestionamiento a la reproducción de formatos preestablecidos -en la arquitectura, en los estilos de vida-, esa recusación también aparece en las decisiones formales y en el montaje de la obra. El espacio de acá no es meramente instalación, ni acción, ni intervención. Más bien, erige una plataforma en la que todos esos géneros pueden convivir, mezclarse y contaminarse de modo fluido.

El medio fotográfico estuvo, desde sus inicios, relacionado con las prácticas de identificar, de clasificar, de dominar y poseer. Aunque la figura humana suele estar elidida en las fotografías de Miranda, ellas ponen de relieve que el sujeto está siempre presente, para imponer su control al mecanismo que regula la lente. De lo que se trata es de desnaturalizar estas operaciones, de hacerlas más visibles y conscientes, de exhibir también su latente hostilidad. Por eso, las imágenes de Adriana Miranda son bellas, absorbentes, irónicas, melancólicas, perturbadoras, pero sobre todo, críticas -críticas de la tiranía de las formas; también, de los procesos y productos de la representación visual.

Datos del Autora

Adriana Miranda nace en San Juan, Argentina, 1969. Estudia música durante 8 años, canto y viola, hasta que se muda a Buenos Aires a estudiar realización cinematográfica en la escuela de Cine de Avellaneda. Durante sus estudios trabaja en el Centro Experimental de Realización Cinematográfica del Instituto Nacional de Cinematografía, en la producción de cortos y largometrajes, de Oscar Barney Finn, Jannine Meratphel, Simón Feldman y otros. Trabaja en teatro como asistente en la obra de Emeterio Cerro "La Barragana’. A la edad de 21 años decide cambiar de carrera y comienza a estudiar fotografía. Con una beca del Fondo Nacional de las Artes toma clases de fotografía con Eduardo Gil, Juan Travnik, Don Ripka, Eduardo Grosman entre otros. Trabaja haciendo fotos de teatro, danza, y reproducciones de arte. En la Bienal de Arte Joven en 1989 muestra por primera vez. En 1992, con Liliana Maresca empieza la producción del video "Frenesí’. Entre 1992 y 1995 trabaja con el grupo de investigación Historia Oral de Extensión de la Universidad de Buenos Aires, con el que trabaja para la edición de 2 libros: "Fragmentos de una Memoria’ y "Formas de la Reforma’. En ese período crea el archivo fotográfico de la UBA. Comienza a dictar clases de Sistema Zonal. En 1994 recibe la beca Antorchas a la producción artística, por su trabajo "El Objeto Viviente’, una serie de retratos de animales; en ese año también recibe la beca PROA para asistir a los talleres de Guillermo Kuitca. Entretanto, trabaja como corresponsal en la agencia de noticias DyN durante un año, hasta que en 1996, con una beca Fulbright, viaja a EEUU a estudiar edición fotográfica en la NYU (Universidad de N.Y.) y fine printing en el ICP (Internacional Center of Photography). Allí se radica durante 10 años. A partir de 1997 trabaja como fine printer en la ciudad de NY.En el año 2000 comienza a trabajar haciendo fotos de arquitectura, maquetas, interiores, y reproducciones de arte que se publican en revistas especializadas, libros y catálogos de distintos países. También trabaja retratando personas, familias, y mascotas. Entre los años 2003 y 2005 es parte del team del estudio OBRA-Architects, haciendo fotos y también desarrollando proyectos arquitectónicos. Con este produce una muestra itinerante sobre el estudio, y el libro de la colección "Series of contemporary architects Studio report in the United States, OBRA/report 2005′. En febrero de 2007 se muda a Buenos Aires, actualmente vive en San Juan y Buenos Aires.