Si bien plantar y recolectar, cultivar un huerto son tradiciones ancestrales que tienen que ver con la supervivencia, también, hoy, nos aportan mucha paz y tranquilidad. Los expertos en paisajismo destacan que hay un aumento de la demanda por diseñar espacios nutritivos para el exterior de los hogares. Analizar la incidencia de luz, la tipología de suelo y seleccionar aquellas especies comestibles según su ciclo de siembra son aspectos clave a la hora de realizar un plan de cultivo.

Esta tradición milenaria de crear jardines comestibles es hoy tendencia. Si bien ya son muchos los restaurantes que cuenta con jardines comestibles, se lleva trasladar esos diseños a los jardines domésticos. Así, el paisajista español Fernando Pozuelo orienta acerca de cómo transformar espacios exteriores en jardines comestibles. Hay que evaluar la necesidad del cliente y otros aspectos clave como el espacio donde se llevará a cabo la instalación del jardín comestible, la tipología de suelo, la incidencia de la luz, y las especies imprescindibles para ese huerto.

¿Por qué diseñar un jardín comestible?

Fernando Pozuelo, director del estudio de paisajismo Fernando Pozuelo Landscaping Collection, nos recuerda que "el origen de los huertos urbanos ha estado vinculado al consumo de alimentos a lo largo de la historia. Animaría a la gente a tener o crear un jardín comestible, ya que es la excusa perfecta para crear un ocio con nuestro entorno natural y reducir el trastorno déficit de la naturaleza. Tener que realizar las diferentes tareas que se desarrollan para elaborar un huerto, ayudan tanto a nivel mental como físico'.


¿Qué es el Trastorno de Déficit de Naturaleza?

Los jardines comestibles lo reducen, como acabamos de indicar, porque el Trastorno de Déficit consiste en la falta de contacto con el entorno natural que tenemos hoy en día por el ritmo actual. Sin ese contacto, podemos llegar a enfermar. Es esa desconexión la que se denomina Trastorno de Déficit de Naturaleza y afecta negativamente al ánimo y a la salud. 

Jardín comestible: vegetales y frutas ecológicas

No hay que olvidar que el consumo de vegetales o frutas frescas, cultivadas de forma ecológica, aportan nutrientes al organismo y, de esta manera, suprimimos los conservantes y aditivos. Esta es otra de las razones por las que un jardín comestible es bonito a nivel decoración y paisajismo pero también muy útil y saludable.

¿Qué extensión puede o debe tener un jardín comestible?

Crear un jardín comestible puede adaptarse a pequeños bancos, terrazas o jardines de diferentes tamaños. Si se dispone de un espacio reducido, emplearemos un número limitado de especies. Ejemplo de estas especies pueden ser plantas colgantes como el tomate o pepino, planta arriera como el pimiento o plantas aromáticas de uso doméstico como hierbabuena, albahaca y melisa. En el caso de que la extensión sea amplia, se pueden plantar árboles frutales, realizar emparrados o pérgolas con plantas trepadoras como la vitis vinífera o parra de uva. En definitiva, el huerto urbano o el jardín comestible es perfectamente adaptable a cualquier tipo de hogar.

Diseño y agricultura sostenible para elaborar un plan de cultivo

Un plan de cultivo requiere combinar el diseño con la agricultura sostenible, manteniendo además un equilibrio con la estética del paisaje. Hay que determinar el espacio del que se dispone para diseñar el huerto adecuado.

Aspectos a tener en cuenta para crear un jardín comestible:

* Sol directo durante seis u ocho horas: Si el terreno no recibe luz solar suficiente, el experto recomienda plantar especies con menos requerimientos o incluso adaptadas a zonas umbrías como la hierbabuena o Mentha spicata, la grosella o el arándano -plantas acidófilas-.

* Tipología de la tierra: Igual que la luz es un elemento esencial para que el jardín comestible pueda evolucionar, la tierra es un componente básico. Se recomienda un terreno rico en materia orgánica y además suelto, aireado, drenante y limpio de especies adventicias, vulgarmente llamadas "malas hierbas'. En el caso de no serlo, se debe drenar de forma manual mezclando con arena de sílice. 

* El ciclo de cultivo: A la hora de empezar con la siembra, es necesario entender las necesidades que puede llegar a tener un huerto e identificar cuál es el momento del año apropiado para plantar las especies seleccionadas. 

¿Cómo mantener el jardín comestible? 

Hay que limpiar hierbas, encañar las plantas trepadoras, recolectar para evitar que los frutos caigan al suelo, contar con un sistema de riego localizado por goteo, controlar las plagas, prevenir enfermedades.

¿Qué diferencia un jardín comestible de una zona de huerto urbano?

La diferencia proviene del término potager en francés, que así se hacía referencia a unos huertos de recolección que se realizaban hace más de 150 años con carácter ornamental. De tal forma, la distribución de las plantas contaba con determinadas geometrías y se utilizaban gamas cromáticas específicas. El jardín comestible presenta una evolución de esos jardines franceses a estructuras de diseño ornamental. En él conviven plantas perennes y plantas hortícolas.

¿Qué aporta un paisajista o estudio de paisajismo al diseño de un jardín comestible?

Primero se otorgan soluciones técnicas de paisajismo con diseño. Es decir, se da solución a la definición de parterres con materiales nobles como pueden ser el aluminio o la piedra, se implementa iluminación tecnológicamente evolucionada como líneas LED o se añade zonas estanciales como pérgolas o lámparas colgantes. En definitiva, se crean composiciones paisajísticas donde conviven el modernismo y la horticultura. En la actualidad se toma la tradición de los antiguos huertos, adaptándolos a las necesidades y viviendas actuales. 

 El jardín comestible para principiantes 

El experto en paisajismo asesora que para dar inicio a este tipo de jardines cuando no se domina es recomendable las plantas aromáticas como la albahaca, orégano o perejil, son plantas aptas para principiantes. Si queremos empezar con especies que cuenten con fruto, la frutilla o el tomate, son opciones que responden de forma óptima siempre que cuenten con una disposición soleada. Entre las plantas perennes que se pueden recolectar y son de fácil mantenimiento, están la esparraguera o cítricos como el limonero o el naranjo. En el caso de que se disponga de una plantación extensa, se pueden plantar especies como la higuera o el granado.