¿Sabías que tu carácter se fue formando a medida que te fuiste relacionando con diferentes personas a lo largo de tu vida? Todos, con el paso del tiempo, nos convertimos en quienes somos hoy gracias a dichas interacciones y todo lo que compartimos con el otro a diario. Cuando nacemos, somos "alfa' (líderes innatos) o "beta' (seguidores o ejecutores); pero muchos, por sus vivencias, se convierten en personas inseguras que caminan en busca de seguridad emocional afuera. Algunos, incluso, maltratan a aquellos que están cerca de ellos. Por otro lado, muchos se convierten en personas con una estima sana y muy seguras de sí mismas que saben con certeza quiénes son y cuánto valen. Estas son las personas que llegan a ser de verdad felices, aunque sus circunstancias no sean las ideales y tengan que atravesar obstáculos. Pero seamos como seamos, ninguno de nosotros es perfecto. Pues, todos poseemos virtudes y defectos, todos cometemos errores y todos necesitamos modificar ciertas actitudes. Ahora, para que se produzca un cambio, es fundamental que nos paremos en nuestras fortalezas. Solo así lograremos transformar nuestras debilidades. Las personas que crecen y avanzan en la vida están ubicadas en el favor y presentan las siguientes dos características: 


a. Conocen su identidad y su valor


Ellos no precisan hacer ni tener nada para sentirse valiosos porque saben con certeza que no son sus acciones ni sus posesiones las que les dan valor, sino su esencia, su yo más profundo. Lo cierto es que ningún ser humano tiene valor por su hacer ni por su tener ni por su saber. Cada uno de nosotros es una persona libre con objetivos que cumplir y un propósito por conocer. Nuestra seguridad se halla en nuestra actitud frente a la vida; nunca en una posición ni en nada que esté afuera. Alguien inseguro trata de disimular su inseguridad con cosas externas. Por esa razón, si las pierde, sufre muchísimo. En cambio, alguien seguro no requiere de nada ni de nadie para descubrir su identidad y su valía. 


b. Son conscientes de su espacio y no lo cercan 


Cuando somos seguros, no tenemos problema en aceptar sugerencias, consejos y propuestas. No nos molesta que alguien nos corrija y nos señale un error. Esto es así porque conocemos nuestro lugar y nuestro rol, tanto público como privado. Entonces, no necesitamos cercar nuestro espacio y podemos respetar el espacio de los demás. 


Recordá esto: seas de la manera que seas, sos valioso, único e irrepetible. Por eso, sos capaz de vivir con seguridad, amor sano y respeto hacia vos mismo y hacia otros. Todos tenemos algo bueno para aportarle a este mundo. 



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