En el país de las grandes pampas, con sus enormes extensiones de pasturas para dar de comer a millones de vacas, es increíble que ocurran estas cosas. Pero es así, lamentablemente. Carne, leche y otros alimentos obtenidos de estos animales, deberían ser fáciles de obtener, dado las bondades de nuestras tierras y la capacidad de nuestros agricultores y ganaderos.
El hecho de que el presidente de la Asociación de Pymes Lácteas de Santa Fe (Apymel), Mariano Viroglio, asegure a los medios que le están pidiendo a los grandes supermercados que bajen los precios de los quesos para que las pequeñas y medianas empresas agroindustriales lácteas puedan vender más es más que llamativo.
Ocurre que en este momento hay una marcada sobreoferta de queso en el mercado externo. Y la intención, dicen, es que todos se vean beneficiados. Viroglio indicó enfáticamente que el kilo de queso actualmente está más caro que el kilo de carne, y eso modifica las compras de la familia argentina.
Asimismo, y como pasa en todas las actividades vinculadas al campo en este país, el líder santafesino recalcó que el precio que se le paga a los productores por los quesos viene bajando permanentemente. Hace unos meses que pagan 20 pesos por una horma de queso cuartirolo cremoso y hoy en particular están pagando alrededor de 16 pesos.
El presidente de Apymel expresó que los números son una política de los supermercados y ellos a través del Ministerio de la Producción de la provincia, están empezando a conversar con las cámaras de supermercadistas.
El hecho de que las grandes cadenas necesitan hacer una remarcación importante sobre los productos de nuestras Pymes familiares, nos perjudica. Finalizó diciendo vehementemente que pareciera que el sector lácteo de un supermercado no es rentable si no se remarcan mucho los quesos.
