Mejorar la productividad por hectárea es uno de los principales desafíos de la viticultura local. Es decir, obtener mayores rindes con igual estructura productiva. También la mira está puesta en la reducción de costos y en el agregado de valor y estas son premisas del nuevo sistema de elaboración de pasas DOV -Dry on vine, por sus siglas en inglés- o secado en parral.
‘Este fue un estudio desarrollado e implementado en California, EEUU, desde hace 20 años y donde fuimos a estudiar con mi padre, un primo y dos personas más de otras empresas, hace cinco años atrás’, indicó Francisco Meló hijo a Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO en una visita a las Finca Los Médanos de 9 de Julio, agregando, ‘allí investigamos y contactamos a especialistas del sector. Trajimos el sistema, lo estudiamos y comenzamos a adaptar los viñedos a esta nueva tecnología de conducción y producción. Al comenzar a adaptar los cultivos, nos encontramos que las plantas trabajaban con mucho menos estrés que el sistema tradicional’.
Meló explicó que ‘el DOV además reduce el estrés porque la planta trabaja de una manera más holgada para un solo lado descansando y para el otro produce. Así cuando las ramas con carga de frutas se cortan en enero, mejora el brote, la calidad de hoja, todo del lado de la madera’.
‘Es decir, para uno de los lados de la planta se dejan guías largas de 20 a 25 yemas que cubran todo el camellón. Cuando florece y carga racimos, estos se cortan para que descansen. Del otro lado de la planta, se poda todo a pitón para que haya carga de racimos. Se arman camellones por medio -o calle como se les dice en EEUU-; de manera alternada o por medio, para la carga de la uva’, indicó el viticultor.
Volúmenes y variedad
‘El volumen de producción es el mismo y si bien los primeros años de adaptación se reduce un poco, los kilos no varían para nada, obteniendo unos 10 mil kilos de pasa, es decir unos 35 a 40 mil kilos de uva’, explicó Meló.
En EEUU más del 20% de la superficie está desarrollada así para la producción de pasas y según el empresario, ‘hay pocas variedades Flame, Fiesta y algunas variedades nuevas. Nosotros estamos trabajando con Flame Seedless, Fiesta, 351 y Sultanina. Nosotros hemos visto que la variedad que mejor se adaptan son la Flame y la Fiesta. La Flame por ejemplo es muy resistente y rústica y se seca muy rápido. La Sultanina, por ejemplo, con este sistema produce parejo y se acaba con el vecerismo’.
‘Hasta ahora no se ha detectado virus ni otras plagas. Al contrario: mejoró mucho la sanidad de la pasa. Es muy diferente al reducir a un porcentaje muy bajo el descarte por lluvias, roturas de granos’, explicó respecto de la salud de los racimos.
Según indicó, ‘la variedad más tardadiza es la Superior, por ser más carnosa cuesta más en secarse. La Fiesta es la más rápida, luego la Flame, la Superior y finalmente la 351, dado que tarda en tomar grado de azúcar. En el calendario la corta de las guías es del 14 de enero la Flame y la Fiesta, el 10 de febrero la Sultanina y la Superior y la 351 a principios de marzo. La 351 es la que mayor tiempo de espera requiere. Sólo el granizo te puede afectar’.
‘Son las mismas distancias de plantación. La densidad de plantación es de 3 metros por 1,5 y lo ideal es utilizar pie de injerto con mucho vigor para acompañar al sistema’, indicó el productor.
Cosecha
‘La cosecha se hace en enero, cuando la uva está para cortar la guía, cuando la uva está con una madurez de entre 19 y 20¦ Brix el azúcar. Luego se deja unos 40 a 45 días de secado en racimo. La corta de la guía es muy rápida. Una persona puede hacer una hectárea por día podando’, indicó Meló
‘La cosecha en sí es muy sencilla y puede ser manual o bien con máquina. Los tiempos y los costos de cosecha, recolección, combustibles, mano de obra se reducen a un 50% porque todo lo que uno recoge luego es pasa’.
‘Los paseros cuando ven este producto, se enamoran, por su calidad. Uno evita al máximo el contacto con el hombre, con la tierra y se evita el golpeo, el manoseo. Es más ecológico al reducir la generación de CO2 y consumo de combustibles. Uno saca la pasa y va a la planta’.
‘Este es un sistema que al pequeño productor le va a traer muchísimos beneficios. Puede hacer su propia pasa y defender así mejor el precio y el valor de su producción. Por ahí a la gente le da un poco de temor, pero deben probarlo para darse cuenta de sus múltiples ventajas y beneficios. Hoy no hace falta hacer parrales nuevos, se puede adaptar perfectamente sobre parrales viejos’, comentó.
Finalmente consignó: ‘Pongo toda mi experiencia de respaldo para acompañar, explicar y mostrar los resultados a toda persona que necesite analizar este sistema. Se puede visitar la finca, analizar la parte técnica y coordinar charlas sobre el tema’.