Resembrar significa técnicamente, esparcir semilla sobre un césped o pasto ya instalado. Es una práctica muy utilizada para mantener el jardín verde todo el año. Es muy importante aprovechar la temperatura aún tibia del suelo, esto ayudará a la rápida germinación y emisión de la raíz de todas las semillas. El beneficio de esta cubierta verde es que mejora la apariencia del jardín durante el invierno, y además protege al césped en dormición del desgaste del pisoteo y de la competencia con las malezas que se darán al comienzo de la primavera, cuando las especies de verano todavía no hayan despertado. Las especies de verano más utilizadas son la bermuda y el kikuyo, son perennes, es decir, se mantienen vivas por varios años. Pero, durante el otoño y el invierno entran en dormición, dándole al césped un color amarillo pajizo y desluciendo así, el entorno. Al colocar las semillas de resiembra, se logra que el tapiz se mantenga verde durante el invierno. Luego en la primavera, se produce nuevamente la transición de las especies de invierno a las de verano. La época de siembra ideal es a partir de la segunda quincena de marzo hasta principios de junio. Pero esto depende del factor climático. Lo ideal es desde el 1 de abril al 15 de mayo.

Al efectuar la resiembra hay que tener presente dos factores: Si sembramos arriba del césped existente, la densidad de semilla debe ser mayor, porque hay una gran cantidad de semillas que se pierden durante la germinación y el anclaje de la planta al suelo. Ahora, si sembramos sobre una cama de siembra preparada la densidad varía. Dependiendo mucho de la forma de realizar la resiembra otoñal y del uso posterior que tendrá el césped podemos decir que para un jardín se requiere entre 4 a 6 kg y para un campo deportivo de 8 a 10 kg/100 m2 son las densidades más aconsejadas.

Variedades de semillas:


Lolium perenne (ryegrass perenne)

Es la especie más reconocida y usada en todo el mundo. Su follaje es fino, de color verde oscuro intenso y con desarrollo de entrenudos cortos. Esto permite cortarlo más bajo y, sin afectar la planta, generar mayor densidad de hojas. Se adapta muy bien a regiones templado húmedas, donde se comporta como anual y resulta importante para el momento de elegir con qué resembrar la grama bahiana. La transición del césped de invierno al de verano es necesario que sea gradual, armoniosa y medianamente rápida, cosa que se logra con ryegrass perenne sobre la grama. En octubre, con el aumento de las temperaturas y de las horas de luz, se activará la grama y provocará la desaparición del ryegrass, que dejará los nutrientes, el agua y el espacio disponibles. No tolera el estrés hídrico, requiere riegos suplementarios en épocas de sequía. Es de rápida germinación y fácil instalación. Para lograr una buena cobertura deberán realizarse dos pasadas en forma de cruz: primero en un sentido y luego en el otro.

Lolium multiflorum (ryegrass anual)

Se utiliza esta variedad cuando queremos lograr un efecto rápido en la instalación del césped. Esta especie es ideal para la resiembra en espacios que no requieren cortes bajos o cuando los sistemas de corte son más rústicos (como las cortadoras rotativas, los minitractores o máquinas de empuje común). Para determinar el momento del primer corte, se toma una hojita del césped y se tira hacia arriba; si se descalza fácilmente con raíz, no está maduro para el corte; si se fracciona la hoja, es el momento ideal de cortarlo. El corte consistirá en un despunte, para fortalecer a la plántula nueva, que así desarrolla más hojitas desde la base y activa el crecimiento de raíces secundarias y terciarias. Los siguientes cortes no deberán superar el 30% del largo total de la hoja. El ryegrass anual tiene un color de follaje verde brillante característico. Elegir la especie de césped indicada para cada necesidad de uso es la clave para una siembra exitosa.


Festuca arundinacea (festuca alta)

Esta es muy utilizada en zonas de bajo mantenimiento, soporta muy bien el pisoteo, las zonas sombreadas y el bajo régimen hídrico. Esta última característica se la otorga su gran desarrollo radicular. Su alta rusticidad permite un manejo menos exigente. Se la puede mezclar con el ryegrass anual (hasta un 50%) y es de manejo similar en el requerimiento de corte, nutrición y riego.


Festucas finas

Dentro de las festucas finas se encuentra la que conocemos como Festuca rubra, una especie muy rústica, ideal para sectores de bajo mantenimiento y manejo. No requiere riegos suplementarios, tolera muy bien suelos sueltos, arenosos y con poco contenido de nitrógeno. También tolera cortes bajos, similares a los del ryegrass perenne. Tiene una gran tolerancia al frío y a la sombra, pero no soporta el alto tránsito.



 Cómo sembrar, fertilizante y riego

La resiembra se realizará al voleo o con una máquina manual sembradora fertilizadora. Esta última nos dará más homogeneidad en la cobertura de las semillas. Para lograr de manera manual una buena cobertura deberán realizarse dos pasadas perpendiculares o en forma de cruz: primero en un sentido y luego en el otro sentido, para lograr una mayor superposición entre una banda de siembra y la que sigue. Es importante tener en cuenta que ya en marzo comienza a verse el rocío de otoño por las mañanas. Debe evitarse tirar las semillas si el rocío no se ha ido ya que actúa como pegamento y no permite que las semillas lleguen a la tierra para iniciar su ciclo. Una vez terminada la siembra podemos cubrir levemente las semillas pasando un rastrillo superficialmente (para no correr la semilla del lugar) o con arena tirada al voleo (también en forma de cruz). Se recomienda aplicar luego de la arena, fosfato diamónico o monoamónico para activar los pelos radiculares en una dosis de 1,5 kg a 2 kg cada 100 m. Las superficies recién sembradas deben mantenerse permanentemente húmedas, no encharcadas. Durante la primera etapa, la semilla debe hidratarse (hincharse) para activar el germen y emitir las primeras raíces seminales. Este proceso necesita humedad continua. Si se deshidrata en esa primera etapa, el proceso se reinicia y tarda más en germinar. Luego de la emisión de la raíz y primera hojita, hay que disminuir la frecuencia de los riegos y aumentar la cantidad de agua aplicada cada vez (intensidad). De manera contraria, generamos un ambiente húmedo propicio para el desarrollo de enfermedades fúngicas. A los 30 días de realizada la siembra, hechos los primeros cortes, se sugiere la aplicación de fertilizantes nitrogenados o equilibrados, con nitrógeno, fósforo y potasio en cantidades iguales, quelatados y de reacción ácida, para nutrir en el momento de mayor requerimiento del césped.


Corte de césped 

La principal tarea a realizar, es el corte del césped existente bien bajo. Esto permitirá que la semilla de la resiembra otoñal tome mejor contacto con el suelo y además eliminará parte de las hojas y tallos muertos que afectarían el crecimiento futuro del césped. El efecto principal es cortar todas las partes muertas del césped que están cerca del suelo y traerlas a la superficie para que puedan ser retiradas luego por medio de un rastrillo. Cuando las plantas alcanzan los 10cm. se debe realizar el primer corte con una máquina muy bien afilada para evitar el desprendimiento de las mismas. Los siguientes cortes nunca deben bajar la altura de la planta más de 1/3 de su altura total.