En la elaboración del aceite de oliva, el alperujo o efluente semilíquido sobrante, plantea campaña tras campaña un desafío respecto del cumplimiento de las cada vez más exigentes normas de protección medioambientales.
El alperujo está conformado por el agua propia de la aceituna, el agua proveniente del lavado de las olivas así como los residuos sólidos y líquidos propios de la actividad elaboradora. En su conjunto conforman los efluentes.
Su reciclado y reutilización ya cuenta con varias alternativas en el ámbito internacional y en nuestra provincia funcionaba muy bien la planta de secado instalada en la fábrica Olivsan del departamento Rawson. Desde allí el material seco u orujo, era comercializado a plantas de extracción y refinado de aceite por solventes de Buenos Aires, siendo los sólidos destinados a abonaduras.
Pero la crisis internacional terminó momentáneamente con la demanda de este producto y hoy plantea una seria dificultad.
Sobre este tema el enólogo Daniel Dates, comentó que "hasta ahora estos efluentes eran destinados a una pileta tradicionalmente llamada "El infierno", donde comenzaba su descomposición a partir de fermentaciones anaeróbicas, caracterizadas por sus fuertes y desagradables olores. Luego era enviada a plantas de secados.
Alternativas
En la región olivícola de Argentina afortunadamente ya existen dos plantas dotadas con tecnología de deshidratación del alperujo, con el fin posterior de extraer los restos de materia grasa (3 a 4 %) que quedan en los efluentes, según comentara Dates. Una de las plantas es de la firma Oliofrut, de la localidad de Aimogasta en la provincia de La Rioja y la otra planta deshidratadora pertenece a la firma Olivsan, como ya dijimos, localizada a los pies del Cerrillo Barboza, departamento Rawson.
Según comentó el enólogo el problema es definir como pueden afrontarse los costos del traslado de los efluentes hasta la planta Rawsina, dada la caída abrupta de la rentabilidad del sector olivícola en su conjunto por la crisis internacional.
"Otra alternativa es la utilizada en España, que permiten enterrar en el monte de olivos como abono mediante el riego, hasta 10 toneladas de alperujo por hectárea", comentó Dates, agregando que "hoy esto está prohibido por Medio ambiente local".
Por este motivo y según informara el profesional, se busca un acuerdo acorde. Para ello el enólogo Daniel Dates junto a otros empresarios, avanzan en las gestiones ante la Secretaría de Agricultura local, con el fin de obtener el impacto ambiental cero y para ello habrá una reunión en esta repartición el próximo martes, que sentará a la mesa a la Subsecretaría de Medio Ambiente y la Dirección de Hidráulica junto a las fábricas locales.

