El "corralito verde" no parece ser el único problema para los exportadores agroindustriales y del transporte internacional locales quienes por estos días y desde hace ya varios años deben desempeñarse resolviendo dificultades como la crisis hídrica, la de combustibles y la del gas y energía eléctrica entre otros ítems de una larga lista de dificultades.

La logística del control aduanero suele ser un cuello de botella al igual que la disponibilidad de transporte refrigerado en estas fechas y para saber cómo se encuentra la aduana local, Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO dialogó con el licenciado Juan Carlos Benítez, responsable del ente de contralor en San Juan.

"Estamos trabajando muchísimo en poder en agilizar los tiempos de la Aduana, sin dejar de cumplir nuestra tarea de control", indicó el funcionario.

"Es decir, queremos desarrollar nuestra labor con un tipo de mercadería muy delicada, donde el cuidado de la cadena de frío es fundamental para el correcto arribo de la fruta en fresco a los mercados en contenedores refrigerados, donde además se colocan termógrafos que registran la variación del frío", explicó.

Afirmó que "por este motivo es que estamos trabajando con la Regional Mendoza de la Aduana y con los operadores locales a fin de preparar lo mejor posible la temporada".

Indicó que "uno de los temas más importantes es que vamos avanzando en habilitar los frigoríficos para poder desarrollar las operatorias aduaneras de exportación", este punto si bien no es complejo, el rubro de la uva de mesa reúne a unas 50 empresas exportadoras que operan por medio de unos 17 frigoríficos en la provincia".

A estos números hay que sumarle que para movilizar, por ejemplo, sólo los 43 millones de kilogramos de uva exportados el año pasado, se requirieron unos 2.500 embarques entre camiones refrigerados o contenedores reefers.

Entre otros aspectos la aduana exige algunas adecuaciones edilicias, también la incorporación de tecnología informática y programas específicos así como la instalación de cámaras de video en los lugares de carga de los camiones refrigerados o contenedores reefers.

"Es que se exige que cada carga sea filmada 1 hora antes y una después de concretado el embarque. En el corto plazo seguramente estas cámaras de video podrán visualizarse on line o en vivo desde la central aduanera", afirmó Benítez.

Consultado por la dinámica del sector, indicó "el grueso de la uva por una cuestión climática se espera comience a cosecharse entre Navidad y Año nuevo, concentrándose el mayor volumen para las primeras semanas de enero".



El proceso de selección



Consultado por los mecanismos de control Benítez comentó que "se desarrolla selectivamente sobre algunos camiones. La idea es operar durante la mañana en las plantas y en la tarde en la zona operativa aduanera".

Según comentó, el sistema informático, asigna si el tipo canal de controles rojo, naranja o verde. En el canal rojo se desarrolla la verificación física y documental del embarque. En el canal naranja la verificación documental, mientras el verde sólo requiere una simple verificación documental en la zona operativa aduanera.

El tema del flete

Otro de los cuellos de botella que se han presentado durante esta campaña ha sido la disponibilidad y el costo del flete refrigerado terrestre. Por ejemplo, el flete terrestre desde San Juan a los puertos en el Atlántico, subió aproximadamente U$S 2250 a U$S 3000.

Desde la unión propietarios de camiones local, su presidente José Maldonado, indicó que "a la carga de uva de mesa generada en San Juan, los transportistas locales sólo la vemos pasar. En la provincia sólo hay 2 empresas de transporte refrigerado y prácticamente no participan de este negocio".

El transportista internacional, Juan Carlos Muñoz, indicó que "en temporada alta de la uva de mesa el problema más crítico es el abastecimiento de combustible. La plaza se atora de camiones y no se consigue el gasoil barato, sólo mezcla de Eurodiesel con gasoil, o el caro de $5,70 el litro".

Por su parte, Eduardo Pons, de Transportes Refrigerados Don Fernando, indicó que "la participación de las empresas locales en el transporte de la uva de mesa es escasísima. San Juan no fomenta el desarrollo de este tipo de transporte. No existe una política de transporte".

Agregó finalmente que "frente a la inflación de costo del 30% el transportista está más preocupado por saber quién le va a pagar que por ocuparse del valor del flete".