Las heladas extremas son una parte fundamental del impacto del calentamiento global. Europa experimenta periodos de heladas más frecuentes, intensos e imprevisibles, que acaban con viñedos y plantaciones enteras y perjudican la calidad de la cosecha, no solo del año en curso, sino también de los años siguientes.


Gal Yarden, de Netafim, SVP de la División EMEA, informa que "este año, muchas partes de Europa pasaron rápidamente de un tiempo primaveral a uno invernal a finales de marzo/principios de abril, y el brusco descenso de las temperaturas provocó una gran preocupación en las plantaciones en floración de Francia, España, Hungría e Italia, por nombrar solo algunas. En otras partes del mundo también se produjeron episodios de heladas que dañaron los cultivos de arándanos y otros. El efecto total de las últimas heladas en los cultivos aún está por determinar."


Existen varios métodos que los productores de todo el mundo pueden utilizar para controlar las heladas, como máquinas de viento, sistemas de aire caliente y quemadores de propano. Sin embargo, según Yarden, la forma más eficaz de hacer frente a las heladas es mediante los sistemas de aspersión aéreos.


"Los aspersores protegen las vides de las heladas creando una capa protectora continua de hielo alrededor del brote y manteniendo la temperatura justo por encima de los 0 °C para evitar la congelación. Un ejemplo de aspersor inteligente es el Pulsar de Netafim. Diseñado para plantaciones y viñedos, distribuye el agua de forma continua con pulsos iguales. Su pulsación hidráulica proporciona un caudal bajo impecable, a la vez que utiliza menos del 50%-70% del agua que requieren los sistemas de aspersión de cobertura total. Si a esto le añadimos un coste energético reducido y una gran durabilidad, tenemos una poderosa herramienta de mitigación de las heladas que puede reducir los costes operativos de los agricultores hasta en un 30% en comparación con otros sistemas", afirma Yarden.


En Valtellina, un valle de la zona de Lombardía, en el norte de Italia, se salvaron 5.000 toneladas de manzanas, y en Emilia-Romaña, al menos 200.000 toneladas de fruta de verano, gracias a los sistemas antiheladas. En Trentino se salvaron al menos 800.000 toneladas de manzanas, lo que equivale a una tasa media de éxito del 80% en la mitigación de los daños causados por las heladas. El daño total causado por las heladas en esas zonas de Italia fue de 862 millones de euros en 2021. 


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