La Organización Meteorológica Mundial -OMM- trabaja en un mayor entendimiento del fenómeno de El Niño y La Niña con mejores pronósticos estacionales según la Agencia de Noticias Europa News, posibilitando mejores tomas de decisiones en los sectores públicos y privados.


Sumado a la red de laboratorios climatológicos que hoy investigan el clima mundial, hoy puede afirmarse que estamos ante La Niña más severa de la década, tanto para Mendoza y San Juan como para la Región Centro de Chile y es que de hecho, las temperaturas de este verano se han situado 0,6 ¦C por debajo de la media. En agosto de 2020, la información proveniente de la parte este del Pacífico central mostraba a los científicos que las aguas seguían estando más frías de lo normal.


"Se ha puesto en marcha el fenómeno de La Niña", informaba en octubre pasado la Organización Meteorológica Mundial (OMM) agregando: "Las condiciones atmosféricas y oceánicas revelaban que había un 90% de posibilidades de que La Niña durase hasta principios de 2021 -abril-, así que se procedió a informar a autoridades, empresas y científicos de varios continentes".


En San Juan esta realidad agrava notablemente la situación de 11 años de seca informados a través de Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO por el ingeniero Oscar Dolling, agregando que "El río San Juan derramaría este ciclo 692 hectómetros cúbicos como estimación de mayor probabilidad de ocurrencia según el Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ" dirigida por este investigador internacional.


A esto se suman lo informado por el geógrafo chileno Marcelo Lagos analizando en esta el actual "fenómeno climático de La Niña, de la forma más fuerte de la década, lo que se traducirá en escasas precipitaciones"; esto para la cordillera central Cuyo, y potencia la sequía que vivimos desde hace una década".


Según el especialista, los vientos del pacífico trasladan las aguas cálidas hacia Indonesia y Australia, dejando las costas de nuestro país con menor temperatura, y por ende, con menos lluvias y también con menos temperaturas máximas. Finalmente resta decir que para el climatólogo de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, "al disminuir las máximas se podría esperar que la temporada de incendios forestales "no sea tan extrema" como la del año pasado.