Pidieron dinero de diferentes formas: con las entradas a desfiles de modas, con ferias americanas de ropa, buscando socios, haciendo sorteos, etc, etc, etc. Finalmente y gracias a la ayuda de la gente, de las empresas y del Gobierno, los miembros de la Fundación Manos Abiertas, inaugurarán el próximo viernes 2 de diciembre, su ansiada Casa de la Bondad, un espacio para la contención afectiva, espiritual y médica de quienes padecen una enfermedad terminal y no tienen ni los recursos médicos y la compañía familiar para soportar dolores y miedos propios de la situación.

La inauguración será con una misa, a partir de las 19:30, en el terreno que aún queda descampado en el predio ubicado en Paula Albarracín de Sarmiento 777 (sur). Allí se pudo levantar una primera etapa -de 400 metros cubiertos, la mitad de construcción es nueva y la otra parte un reciclado de una edificación que supo dar lugar a una ferretería- donde se atenderá a 4 personas (hay dos habitaciones con baño privado), un oratorio, sala de despedida (para realizar velatorios), sectores de ropería y lavandería, limpieza, cocina bajo normas sanatoriales, enfermería, comedor. El lugar está dotado de calefacción por radiación y aire acondicionado, además fue diseñado para el ingreso de sillas de ruedas y camillas. Aún falta por construir una planta alta con un salón de usos múltiples,sala de reuniones y administración y concretar el proyecto de tantas habitaciones como para dar respuesta a 12 personas enfermas.

Para la ocasión vendrá especialmente de Córdoba, el padre Angel Rossi, un cura que tuvo mucho que ver con la obra ya que es el guía espiritual de la fundación. Por eso, esta vez tendrá a su cargo el oficio de la misa y la bendición de las instalaciones.

Pese al "corte de cintas'' la casa todavía no empezará a funcionar. Esperan para eso -según contó el presidente de la entidad, Fernando Conte Grand- tener organizado el cronograma de los voluntarios (aún falta cubrir algunos turnos) pero fundamentalmente contar con el dinero para solventar los gastos propios de una casa para por lo menos los tres primeros meses de actividad. "No podemos abrir y cerrar a los pocos días por falta de manos para ocuparse de los patroncitos, como llamamos a los enfermos, o porque no tenemos dinero para financiar la compra de comida. Esta casa va a funcionar las 24 horas del día, los 365 días del año y eso es un verdadero desafío", contó Fernando Conte Grand, quien espera, de todos modos, abrir las puertas cuánto antes.

Aquellos que puedan colaborar cómo sea o con lo que sea para la Casa de la Bondad pueden hacerlo a través de la cuenta corriente del Standard Bank (número 0810-02102609/ 57 a nombre de la Fundación Manos Abiertas) ó dirigiéndose a Estados Unidos 88 norte de lunes a viernes de 8 a 13 y de 17 a 21.