Según cuenta la historia, los primeros integrantes y fundadores de la Cámara Minera de San Juan se nutrieron de la experiencia de las antiguas cámaras mineras de Sarmiento y Valle Fértil. Luego de innumerables reuniones, el 3 de septiembre de 1963 y bajo el decreto número 2615, nacía la Cámara Minera de San Juan (CMSJ), cuando el Ministerio de Gobierno de la provincia aprobaba los estatutos institucionales y el trámite general pasaba a inspección general de sociedades jurídicas.

Inicialmente y según consta en las actas pre-constitutivas anteriores a su fecha de fundación, los principios básicos en los que se sostenía la existencia de la nueva institución eran: fomentar y promover el desarrollo de la industria minera de San Juan, colaborar con poderes públicos en la solución de problemas mineros, implementación del crédito minero, facilitación en los equipamientos para la rápida colocación de la producción minera y adecuar la política de transporte y tarifas de fletes. “Estamos felices y orgullosos de alcanzar los 50 años de vida. Siempre hemos sido una institución que tiene un solo discurso y se basa en el trabajo duro. Hemos pasado por muchos gobiernos, por muchos partidos políticos y siempre hemos sabido promover el desarrollo de la minería local”, expresó Jaime Bergé, Presidente de la institución. Y continuó: “Hoy, tenemos que convencer a las empresas que pertenecen a nuestra cámara de aumentar su compromiso social, su vinculación con el medio, cosa que antes no era un tema principal y hoy sí lo es para la gran minería. Tenemos que movernos mucho más, crecer en envergadura y en recursos. Ese es el escalón que debemos subir en los próximos diez años, transformarnos en una institución fundamental para la sociedad. Pero para esto necesitamos aumentar nuestra solvencia económica”.

La CMSJ tuvo la misión inicial de promover el desenvolvimiento económico de la provincia a través del aporte del sector minero (el cual se basaba principalmente en la minería no metalífera en la década del 60 y 70) y la industrialización del país. Según rezan las actas pre-constitutivas, la cámara tenía la idea original de desarrollar métodos racionales en la exploración, explotación y comercialización minera mediante difusión de los estudios geológicos, mineros y metalúrgicos. Con la convicción de intensificar la mecanización de las labores, levantar plantas de concentración y refinación.

“Como toda institución hemos tenido épocas muy buenas y épocas muy difíciles. Una de las más complicadas seguramente fue durante el gobierno de la junta militar. Incluso llegó a desaparecer gente de la cámara porque no compartíamos las decisiones que las autoridades de ese momento tomaban en relación al desarrollo minero”, recordó Bergé.
La historia ha acompañado a la Cámara más antigua de las tres que actualmente ocupan un sector importante dentro de la estructura industrial minera de la provincia. Según palabras de sus integrantes, desde los comienzos de la institución, las tareas más importantes son las tendientes a favorecer el desarrollo comunitario y todas aquellas que deriven en alentar al desarrollo de la responsabilidad social empresaria. “La Cámara Minera de San Juan ha sabido crecer junto con la minería de la provincia. A través de muchas de sus etapas. Y esto se produce gracias a que siempre hemos contado entre nuestros asociados con personas de nivel técnico y capacitación valorada a nivel mundial y que pensaban en lo que significaría para San Juan el desarrollo de la actividad”, expresó Bergé. Y concluyó: “La llegada de la gran minería en 2003 con el inicio de Veladero no suponía para nuestra institución amoldarse, sino avanzar al paso del crecimiento incipiente y rápido que tuvo. Y hemos podido seguir creciendo y podemos hoy en día proyectarnos al futuro porque seguimos afianzando las fortalezas y manteniendo la premisa del desarrollo sustentable, la responsabilidad social y el permanente cuidado del medio ambiente a través de los sectores de control establecidos por el Gobierno provincial, nacional y demás autoridades en la materia”.