Los altos costos de la mano de obra, la baja rentabilidad de la olivicultura actual, el cambio climático hacia una región con menor disponibilidad de agua para el riego y la necesidad de generar una actividad sustentable en el tiempo y amigable con el medio ambiente, obligan a tecnificar cada vez más la producción de aceitunas, tanto para la elaboración de óleo como para conserva.
Es que elaborar aceitunas en conserva o aceite de oliva, supone una excelente calidad de materia prima y, en el caso de la industria conservera, la mecanización de la cosecha presenta un desafío a mejorar.
Este fue uno de los temas planteados durante las XIII Jornadas Oleícolas, organizadas recientemente por la escuela de Enología y el Procal Cuyo del Ministerio de Agricultura de la Nación, por los profesionales: magister Susana Mattar de Bórbore, el licenciado Juan Carlos Sánchez y el ingeniero Emiliano Pérez Caravello.
Para Juan Carlos Sánchez el reto para elaborar óleo de calidad, no es la cosecha mecánica, sino el programar la logística de cosechas con anticipación para que no afecte la calidad final. Es decir, comenzar los primeros días de abril y terminar en mayo.
En cambio para la elaboración de conservas la cosecha mecánica aún tiene muchos aspectos a mejorar, según expresara la licenciada Mattar. La recolección con máquinas marca las olivas que en el caso de la industria conservera admite cero defecto para las verdes en salmuera, no así en la aceituna rodajada o la pasta de aceituna.
Destacó el caso de Estados Unidos, donde se elabora la aceituna oxidada de color pardo oscuro justamente por el alto grado de estandarización de sus cultivos y mecanización de su cosecha.

