Lote jachallero sembrado en septiembre 2019. Buen potencial zonal.


Ha sido muy positiva la realización de Jonalfa 2019, en Villa María, Córdoba. La extensa y actual temática abordada, los números del negocio, las posibilidades de ventas al exterior, la genética y el megaensayo de variedades, más la expo dinámica donde se vieron en acción los fierros para cada labor, dejaron conformes a los asistentes.


Entre otras consultas, recibidas por Suplemento Verde, productores de La Quebrada, Pampa Vieja, La Falda y Villa Mercedes, departamento Jáchal, poseedores de ganado de raza Aberdeen Angus, solicitaron un resumen de temas de relevancia sobre la alfalfa, base de sus pasturas, que a nivel técnico, consideramos a continuación. Entre ellos Mario Ruiz, Tito Olivares, Jorge Roldán, la familia Garrofé, los hermanos Quiroga, también los Fuentes, Fernando Godoy, Raúl Martínez y varios ganaderos más. 


Genética hoy y deshidratado, creemos desde este marco, marcan el camino. En el primer punto, todos los años se experimentan a campo nuevas variedades, donde se busca mejor rendimiento, además de adaptabilidad y también cualidades como palatabilidad, resistencia a sequías, plagas y/o enfermedades, etc., según el objetivo del proyecto y zona en cuestión. En el segundo, la contraestación marca una ventaja geográfica y está atrayendo a grandes compradores de alfalfa, en distintos productos, como alimento animal. 


Recordemos que en los países árabes, está impedida la utilización del agua para la producción ganadera y forrajera.

Planta deshidratadora de alfalfa. Uno de los negocios en alza.



A FUTURO

Jonathan Reich, doctor especialista de la compañía Alforexseeds, de la famosa Cal West Seeds, explicó sobre lo que cree será la alfalfa en los próximos 20 años, para él, la biotecnología, genética y mejoramiento son lo más importante. 


Aproximadamente el 4% de las tierras agrícolas del mundo se utiliza para producir cultivos de biocombustibles que proporcionan aproximadamente el 2,5% del combustible de transporte del mundo. Dedicar cultivos y/o tierras a la generación de bioenergía dificulta la alimentación sostenible de la población humana. El patrón de uso de la tierra agrícola está cambiando. La producción ganadera y forrajera se está desplazando a zonas más marginales en todos los continentes. Estas áreas marginales se caracterizan por menos humedad y mayor estrés, especialmente el salino. Mecanismos adaptativos a la sequía y tolerancia a la salinidad son necesarios para apoyar este cambio en la producción. Según Reich, se necesitarán tecnologías reguladas y no reguladas para enfrentar este desafío. Además, nos enfrentamos a un entorno regulatorio global altamente restrictivo y costoso que desincentiva la inversión en el desarrollo. Los agricultores del mundo necesitarán producir tanta comida en los próximos 40 años como la que se ha consumido desde el comienzo de la humanidad.


El factor más importante que impulsa la adopción de tecnología por parte de los productores es sin dudas la propuesta de valor. ¿Cuál es la relación costo/beneficio para una tecnología determinada? ¿Se gana o no con el pasto? Los agricultores no reciben suficiente valor de una tecnología específica a un precio determinado, no harán la inversión. En el caso de la alfalfa, la adopción de la tolerancia a los herbicidas RR (RoundUpReady) alcanzó una meseta de alrededor del 30% después de 15 años de ser lanzada al mercado.


El segundo factor importante que afecta la forma en que se desplegará la tecnología en la alfalfa es el entorno regulatorio global y la estructura de costos. El entorno regulatorio y la estructura de costos imponen claramente un desincentivo para invertir en tecnologías reguladas para cultivos más pequeños como la alfalfa.


Teniendo en cuenta estos dos factores principales que influyen en la adopción de tecnología, proyectamos que las mejoras de alfalfa en los próximos 20 años serán el resultado principal del mejoramiento convencional. Debido al estrés biótico y abiótico único que enfrentan los productores argentinos, el mejoramiento adaptativo que utiliza la selección local proporcionará los mayores beneficios. Los últimos 25 años de trabajo en Argentina han demostrado que la mejora adaptativa brinda resultados probados que entregan valor a los productores. Es un enfoque rentable con ganancias incrementales, pero significativas. 



PRENSADO Y DESHIDRATADO

Ya lo dimos en ediciones anteriores de Suplemento Verde. Argentina ya cuenta con 2 plantas de deshidratado de alfalfa, que implicaron millonarias inversiones (solo el sistema deshidratador tiene un costo superior a los 2 millones de euros): Una de ellas está cerca de San Vicente, Córdoba, y es de Fondomonte, empresa controlada por el grupo saudí Almarai. La otra firma es Mega Alfalfa Argentina, que se instaló en la localidad de Fernández, Santiago del Estero; allí armó una planta con capacidad para procesar 40 toneladas por hora de megafardos, también con el objetivo principal de exportar a los países árabes, donde está impedida la utilización del agua para la producción ganadera y forrajera. Y el interés de comprar está.


En materia de producción de fardos de alta compresión, nuestro país tiene una capacidad de producir más de 100 mil toneladas/año de megafardos de doble compresión, a través de 5 plantas instaladas en su territorio y próximamente se inaugurará una sexta en San Luis. Son: Alfacal (Calchín, Córdoba), Alfalfa y Forraje de la Patagonia (Grupo Osés), con planta industrial en Bahía Blanca, la citada Mega Alfalfa (Fernández, Santiago del Estero), Curacó (25 de Mayo, La Pampa), y Fondomonte (San Vicente, Córdoba).


Antes de fines de año quedaría inaugurada una sexta planta, Alfazal, una nueva Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria (SAPEM), enclavada en Villa Mercedes, provincia de San Luis.


Una gran ventaja de Argentina y toda Sudamérica es que está en contraestación de los dos principales exportadores mundiales, que son España y EEUU. Por esto, desde hace 3 años se ha incrementado fuertemente la visita al país de empresas compradoras de primera línea del mundo, que reconocen el potencial exportador que puede tener el país.