Parece que ahora no basta con una muñeca o con un autito a control remoto para divertir a los chicos. Ahora buscan mucho más. Y esto puede llegar de la mano de la tecnología en muchos casos. De hecho, nadie puede negar que los niños de todas las edades pasan muchas horas obnubilados frente a pantallas de todos los tamaños y formas. Pero también, puede "crearse” el entretenimiento desde la vereda opuesta: sencillamente abriendo de una atractiva caja que trae opciones para armar el propio juguete. Solo basta recorrer algunas jugueterías de San Juan, especialmente las que tienen una línea quizás menos ligada a lo comercial y sí vinculada a lo lúdico, original y hasta de diseño, para descubrirlo. Las nuevas tendencias proponen juguetes que invitan a hacer una huerta, a preparar cupcakes, a ponerle un motor a un auto, a hacer erupcionar un volcán de masa hecho con sus propias manos, a construir desde hebillas para el pelo hasta paracaidistas o aviones, solo por citar un ejemplo. Todo el proceso está a cargo del dueño del juguete.
"Hay una vuelta al juguete más tradicional pero también a lo creativo. Por suerte abuelos y papás lo ofrecen y los chicos lo aceptan felices”, dice Beatriz Gil, aclarando que en la Regalería Salsipuedes, hay opciones para todas las edades, tanto para nenas como para varones, que fomentan aspectos artísticos y motrices para el momento del ocio. Desde pastillas de colores para hacer experimentos en la bañadera hasta telares para aprender a tejer tal como lo hacían las abuelas.
Es que sin lugar a dudas, estos chiches o juegos que invitan a poner manos a la obra, traen consigo una serie de beneficios que potencian el desarrollo del chico, tanto en el aspecto afectivo como cognitivo.
"Jugar va mucho más allá de una simple actividad lúdica. El juego implica una experiencia creadora donde el niño necesita de un espacio y un tiempo para construir su realidad. Jugar es un arte, en el que el niño es actor de su ficción y necesita hacer para involucrarse con su propia iniciativa para desarrollar su capacidad creadora. El juego es la expresión del mundo interno, de lo subjetivo, de lo más propio de cada uno ya que por medio del juego el niño se comunica, expresa sus fantasía, pero también sus miedos, ansiedades, dudas y conflictos. El acto de jugar también significa salud porque cada niño puede hablar y contar por medio de sus juguetes aquello que no puede decir con las palabras, lo que le da aún más sentido y significado especial a esa actividad”, asegura la psicóloga infantil Mariela Serra, quien a partir de su experiencia como mamá se animó a encarar la marca "Pequeñas grandes cosas”, un emprendimiento de juguetes y objetos sencillos para estimular a bebés y niños en sus primeros años de vida.
Es que para esta profesional, el estímulo del juego debe empezar cuánto antes. "A medida que el niño crece, su modo de jugar va cambiando y esto se debe a que por medio de su juegos puede tramitar los avances de las distintas etapas de su desarrollo. Lo más importante y vital del juego es esa capacidad que se adquiere para la transformación y recreación de la realidad. Una transformación que si bien tiene en cuenta los elementos de la realidad, tiene la capacidad de poder transformarlos. Así el chico fortalece su sensibilidad, su fluidez, la flexibilidad, la elaboración de respuestas, pero también se fomenta la búsqueda de opciones ligadas a la originalidad y la posibilidad de redefinir roles y funciones, que son elementos que están presente en cada acto creativo de la vida”.
Evidentemente un juguete no es un simple objeto para pasar el tiempo. Y la psicóloga da como ejemplo lo que le ocurre a más de papás con sus hijos a la hora del juego. "Muchas veces les proponemos a los niños una gran cantidad de juguetes sofisticados y estrambóticos que se promocionan en el mercado, que si bien son muy atractivos al principio luego los aburren. ¿Por qué sucede esto? Porque ese elemento no logró despertar el interés por crear. Entonces, seguramente el chico lo dejará de lado e irá en busca de otros elementos quizás más sencillos pero que le permitan crear su propio mundo lúdico. Por eso a los chicos los atraen tanto los bols de la cocina, las tapas y las ollas, las tapitas y las botellas plásticas. Para ellos cualquier objeto puede convertirse en algo interesante para jugar, pese al disgusto que pueda ocasionarle al papá el derroche en un juguete más costoso”, indica y recomienda elegir objetos que potencien la creatividad a través del juego, ya que permitirán que se desarrolle plenamente la originalidad, la experimentación, la iniciativa y descubrimiento de habilidades que serán necesarias para estimular la automotivación, la resolución de problemas y permitir de esta manera superar las dificultades que encuentre en el camino, desarrollando así su inteligencia emocional.