Al ingresar a la confitería, sobre la barra hay un frasco de vidrio transparente que tiene billetes en su interior. Esos son los cafés pagados por los clientes para que otras personas que están en situación de calle puedan pagar su café. Esta acción solidaria se denomina "café pendiente". La iniciativa nació en Nápoles, Italia, en el año 2008; se extendió por varios países europeos, hasta que este año llegó a la Argentina y desde hace 5 meses a San Juan. El comercio que comenzó con esta movida solidaria es la confitería "La Base", ubicada en Mitre y Entre Ríos.

Todo comenzó cuando un cliente le contó a la propietaria del local, Patricia Gallardo, todo lo referido al "café pendiente’. Luego fue su hermana, la que le habló sobre el tema al ver la noticia en canales de Buenos Aires. Al otro día por la mañana, al levantarse, prende la tele y ve la misma noticia. Ya eran demasiadas señales como para pensar seriamente en poner manos a la obra en esta actividad solidaria. Entonces Patricia buscó información en internet, se comunicó con gente vinculada a esta movida en Buenos Aires y decidió ponerlo en práctica.

"La verdad que al empaparme del tema y al tener un local céntrico, una ve muchas personas que están en situación de calle, de bajos recursos, que vienen a pedir, entonces quise ayudar’, cuenta.

En su relato, Patricia dice que "nosotros pusimos a la vista del público un frasco de vidrio donde tenemos un medidor de la gente que paga uno o varios cafés de más y la gente que aprovecha esto. Nosotros buscamos a la gente. Nos vamos a la Catedral o bien hay clientes que nos mandan a esas personas que no saben de esta movida, para que se tomen un café.

Desde que Patricia, en su local, implementó esta medida, la franja de personas que se toman el café pendiente son niños o adultos mayores que llegan a cualquier hora, como por ejemplo un cuidacoches mayor que trabaja durante la noche.

Cuando llegan niños, Patricia aprovecha para enseñarles valores y buenos modales, "les hago que se laven las manos y la cara y se sienten a la mesa a tomar una taza de café con leche con dos facturas; es que a veces se autodiscriminan y los aconsejo para que no lo hagan. Lo bueno es que hay varios que ya se hicieron habitué y preguntan: Pato hay café para mí? y Gracias a Dios, siempre hay porque los clientes aportan para este fin. A mí me reconforta el alma ver esto y darle una mano a quién lo necesita.

En qué consiste

El café pendiente se identifica a nivel internacional con un logo en el que aparece una taza de café dentro de un círculo. El frasco tiene dos reglas con numeración. En uno de ellos se marca con un marcador rojo los cafés pendientes que el cliente paga y otra con verde, que corresponden al dinero que saca para pagar el café las personas en situación de calle.

Patricia comenta que los clientes tienen muy buena predisposición para colaborar y es por eso que lanzó la invitación a otros cafés y restaurantes a sumarse a esta movida. "Creo que de esta forma ayudamos a quienes más lo necesitan, al menos con un café y el amor de otros sanjuaninos.