Seis años atrás CUYO MINERO daba a conocer a sus lectores las maravillas de una Catedral de sal en el subsuelo de la mina polaca de Wieliczka, a 14 kilómetros de Cracovia. Entraba en el ranking de “sitios inolvidables a visitar” que ya habían sido destacados por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.

En el año que acaba de concluir el sitio vuelve a resonar y esta vez a través de su orquesta de vientos, que trascendió en varios noticieros internacionales a través de su concierto navideño. La orquesta de la Mina de Sal, como se la conoce hoy,  empezó su carrera artística oficial en 1830 bajo el nombre de la Imperial Real Música de las Salinas, desde cuando toca incansablemente. 
En la segunda mitad del siglo XVIII y época en que esta región perteneció a Austria, los austriacos empezaron a organizar una ruta turística permanente en la mina. Los evidentes valores históricos de las zonas subterráneas eran una de las razones para crear una orquesta minera. Cual visión de marketing adelantada para la época, la música en las salinas fue evaluado como un factor para aumentar el atractivo de la visita. Así las entradas también podían venderse más caras para aquellos turistas que descendían al subsuelo, ya que la orquesta los acompañaba a su paso. Algunas de las excavaciones mineras, conocidas como cámaras, se convirtieron en salas de conciertos y de baile; entre las más famosas estaban las cámaras Michałowice, Saurau, Dworzec Gołuchowskiego y Letów, donde la orquesta hacía su despliegue. En el 1851 el emperador Francisco José I visitó la mina y en su honor en la cámara Michałowice se tocó el “Himno de las naciones” y la “Marcha Radetzky”.

En 2010 se celebró 180 años y eso la posicionó como la orquesta de vientos más antigua de Europa. Al igual que en los viejos tiempos, la orquesta actúa con motivo de todo tipo de aniversarios y celebraciones patrióticas, eclesiásticas y mineras, visitas oficiales de monarcas, dignatarios estatales y celebridades de la cultura y las ciencias. Da conciertos tanto en el subsuelo de la mina como en la superficie, en Polonia y en el extranjero.

Los instrumentistas de la orquesta minera son en su mayoría músicos profesionales. Para todos sus miembros la actividad en la orquesta minera es no solo una profesión, sino también una pasión vital a la que dedican su tiempo libre. En la orquesta hay sitio tanto para músicos experimentados como para jóvenes que perfeccionan su talento. El artista más joven de la banda tiene 20 años, mientras que los mayores hace mucho que celebraron su 70 cumpleaños. Varios instrumentistas pueden hacer alarde de más de 20 años de experiencia en la orquesta. El que llevó más tiempo fue Stanisław Fiołek, tubista y presidente durante muchos años de la orquesta de viento. El repertorio de la orquesta abarca más de 1000 obras, incluidas marchas, polcas, melodías populares, oberturas, himnos, cantos y bandas sonoras. La orquesta dispone asimismo de una notable colección de partituras de antiguas épocas históricas, incluidas notas para conjuntos de cuerda. Unas de las partituras más antiguas conservadas por la orquestra son composiciones de óperas y operetas que se adquirieron en los años 1849 y 1850.

En cuanto a las minas de sal gema, empezaron a operar en el siglo XIII y representaron en su mayor auge, el 30 por ciento de los ingresos de Polonia. Sus 3,5 kilómetros de longitud se encuentran repartidos en 9 niveles que llegan a alcanzar 327 metros de profundidad. La actividad turística en las minas remonta al siglo XIV, cuando se permitió el acceso para su visita a relevantes personajes de la corte de los reyes polacos. Las visitas turísticas se impulsaron a partir del siglo XVII con un objetivo cultural. 

Especial. La mina otorga una acústica única a la orquesta minera. Entre sus actuaciones de agenda están las de las festividades de Santa Bárbara, la patrona de los mineros. 

Una gran familia

Es tradición entre los miembros de la orquesta, tocar en las bodas de los músicos y de sus hijos. También los encuentros navideños adquirieron el rango de tradición. Y si hablamos de la Navidad, antes de la II Guerra Mundial los miembros de la banda pedían prestado el carro de los topógrafos de la mina. El carro con los músicos a bordo viajaba por las casas de las personas prominentes de la mina como el director y jefes de área, ante quienes tocaban villancicos.