Su destino estaba escrito y al parecer, los caminos de la vida lo llevaron a un objetivo ineludible: dedicarse a tareas vinculadas a la actividad minera. El es Walter Pujado, barrealino, y como tal un gran conocedor de la geografía de Proyecto El Pachón en Calingasta.
Actual Supervisor de Contratistas de Xstrata Copper San Juan (XCuSJ), Walter es en el proyecto uno de los hombres de mayor trayectoria. Desde el ‘96 a la fecha, este protagonista trabajó para varias de las empresas que operaron en el lugar.
Sus comienzos fueron con la empresa chilena Cambior, para continuar con Noranda en el período que abarcó desde el 2001 al 2003, seguir por Falconbridge y culminar en Xstrata, luego de que esta compañía absorbiera a la antes mencionada.
En cierto modo, su historia personal se mezcla con la del proyecto. Una y otra se entrelazan por anécdotas de mineros que escuchó cuando niño.
Durante la década de los setenta, sus tíos participaron de la construcción del que fuera el primer campamento en el Valle de Pachón. Tiempos de tecnologías rudimentarias y de tracción a sangre, trasladaron a lomo de mula las piedras con las que se construyó el ahora histórico edificio. “Las piedras las trajeron en albardas a lomo de mula desde el río Mondaca. Mis tíos contaban con una pequeña tropa de mulas y por ser conocedores de la zona, también hicieron de guías. Creo que antes de llegar a Pachón por primera vez, ya lo conocía por todo lo que me habían contado mis tíos”, recordó Walter.
Austera a la máxima expresión en relación al confort de los campamentos actuales, la pequeña construcción sirvió de refugio a los mineros de la época hasta mediados de los ‘70. Luego llegaría el edificio que construyó Hidraúlica, con mayor capacidad, dos plantas y por lógica más comodidades.
Con esta trayectoria a cuestas, el destino lo condujo a su propia historia minera. Trabajó en una carpintería y luego en un taller mecánico de Mendoza. Alejado de su familia, decidió volver a sus pagos y probar suerte en una empresa de bentonita y después en una de sulfato de aluminio. Poco a poco, los signos se fueron revelando. Poco a poco y al igual que sus parientes, Walter terminó unido a Proyecto El Pachón.
“Nunca me puse a pensar si la historia de mis tíos tuvo algo que ver, pero de algún modo las circunstancias de la vida así lo quisieron. En Calingasta no tenemos muchas opciones y el que no se dedica a la chacra termina trabajando en la minería, donde, claro, los sueldos no tienen nada que ver”, comentó Pujado.
Casado y con tres hijos, reconoce que la actividad significó en su vida un cambio diferencial. “Estoy en blanco, tengo obra social, puedo pensar en invertir, antes era sólo una persona que se ganaba la vida trabajando en negro”, expresó Walter.
De sus hijos, el mayor (tiene 16 años), ya piensa en estudiar algo vinculado a esta industria. “Puede ser Higiene y Seguridad Industrial, no lo sabe todavía, pero sí algo que tenga que ver con la actividad”, comentó el entrevistado. Sea como sea, todo indica que en esta familia la tradición minera está por continuar.